Capítulo 33

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Mi presa favorita.

Claudia

Oficialmente estoy comprometida con Nikolái Pavlov el Underboss de la brava y mi actual pareja, escuchó los aplausos qué retumban en las instalaciones causándome un dolor en el pecho del que no sé si seré capaz de sobrevivir.

Mi padre abraza a Nikolái como si esto fuera un matrimonio normal y no un contrato que se firmó cuando yo era tan pequeña que no sabía hablar. Puedo ver como Alexander se levanta de su asiento y se va sin decir nada a nadie, ignorando las advertencias de los hombres que tiene a los lados.

Respiro hondo y finjo mi mejor sonrisa, bajamos del escenario entre felicitaciones y abrazos de conocidos. Solo quiero llegar a la mesa, lo único que necesito ahora es una copa lo bastante fuerte como para que se ahoguen mis ganas de follarme al hermano de mi prometido.

Demencia en estado puro, mi cuerpo tiembla cuando lo veo entrar de nuevo con el cigarro en la boca y siento un vacío cuando evita mi mirada.

 - ¿Estás bien cielo? - me pregunta Nikolái guiándome hasta la mesa.

 - Si - susurro - solo me han caído mal los tragos que he tomado.

Me siento en la mesa bajo la mirada de todos mis amigos, puedo ver el rostro de mi hermano que no entiende lo que sucede y Leire me da la mano por debajo de la mesa para hacerme saber que está conmigo.

Siento ganas de vomitar y comienzo a sentirme mal cuando veo a Victoria curándole la herida de la mano a Alexander. 

Recuerdo como cada noche le curaba yo después de pelearnos en los duelos de entrenamiento y una espina se clava en mi interior.

Siento celos y eso me está matando por dentro.

Porque ella puede estar con él libremente y yo no.

 - Felicidades preciosa - escucho esa dulce voz en mi espalda - espero que me rechazaras por algo mejor.

Me doy la vuelta mirando al Capo dejando que su presencia me capture como siempre hace, su sonrisa perfecta hace que me levanté y sin que nadie se lo espere lo abrazo.

Nunca me había alegrado tanto de verle.

Puedo escuchar como se levanta Alexander dando con el vaso en la mesa y como Nikolái hace lo mismo agarrando mi mano sin entender qué pasa.

 - Gracias - le susurró al italiano - siempre sabes cuándo aparecer.

 - Vengo como amigo no como amante Underboss - sonríe el italiano a mi prometido - ¿Puedo llevarla a bailar?

 - No - gruñe el Boss cuando su mujer le pone una mano encima.

Mis ojos recorren la imagen de los dos y los sentimientos asesinos que siento en mi estómago amenazan con salir disparados.

 - Si - contrataco - será un placer bailar contigo Amadeus.

Me acerco a Nikolái y le doy un breve beso en los labios, esta insinuación me traerá demasiados problemas pero ahora mismo estoy viviendo mi vida.

 - No te preocupes - le susurró cuando le abrazó - solo es un baile y ahora estamos prometidos.

 - Me preocupa más la bestia que te persigue - dice serio mirando a su hermano.

Amadeus me hace una reverencia alabándome como solo él hace y agarro su mano cuando me guía a la pista de baile, nos perdemos entre la gente hasta que no logro ver la mesa de la que venimos.

Le sonrió porque me alegro tanto de verle, me pone las manos en las caderas y me aprieta contra él bailando al compás de la música.

No puedo evitar lanzar un pequeño gemido cuando el contacto se hace evidente.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora