Capítulo 45

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No quise abandonarte amor.

Claudia.

Salgo de la mansión pensando en todo lo que sucederá cuando vuelva a New York, el frío me avasalla el cuerpo y no puedo creer que eche de menos el clima y a esa maldita ciudad. Una de las pocas cosas buenas que he sacado de estas semanas por así decirlo es la cabaña que ha construido Alexander, bueno construir, el no ha hecho nada claramente. Como mucho dar ordenes como un demente que es lo único que sabe hacer.

Imponer miedo y cabrearse las veinticuatro horas del día.

Pero la intención es lo que cuenta y alguien como él dando esa clase de detalles es algo inédito.

Me siento en la nieve acariciando la cabeza de Tyson, es una de las tantas cosas por las que echaré de menos Rusia ya que no puedo llevarlo. Alexander no me dejaría.

Ya está convencido de que voy a huir en cuanto baje del avión.

Siento las cálidas manos de mi hermano en mi espalda reconfortándome, se sienta a mi lado cuando las lágrimas salen sin control y me abraza sabiendo exactamente qué me sucede.

Llevo semanas sin ver a Leire, pero es que tampoco he podido hablar con ella. 

Es una de las cosas que me está matando lentamente y por las cuales discuto a diario con Alexander. No es capaz de comprender el significado y la importancia que tiene ella para mi, es una parte fundamental de mi vida y tiene que aprender a aceptarlo.

Tengo que hacerme con un móvil como sea, esta misma noche volvemos y nadie sabe que regresamos. El mío lo ha desestabilizado para que solo pueda jugar a juegos de mierda, lo quiero mucho y me encanta todo de él. Pero el control está llegando a un punto que voy a acabar con un pie sobre su cuello.

No me quiere dar ninguna noticia de Nikolái, joder le disparo a su propio hermano y se cabrea porque pregunte por el.

Un poco de sentido común todavía es mi prometido.

Aparte no sé cómo seré capaz de ponerme delante de él en el momento que regresemos, se que no se va a estar quieto y me va a buscar.

Mi hermano me agarra la cara para ver las lágrimas caer por mis mejillas, me las limpia sonriendo y es lo más hermoso de mi corazón.

Agarró con fuerza su brazo para colocar mi cabeza sobre su pecho, escuchó el latido de su corazón y siento sus besos sobre mi cabeza.

 - He hablado con papá - susurra como si pudieran escucharnos.

 - ¿Dónde has conseguido un teléfono? - levantó la voz alterada.

 - Shh no grites - vuelve a susurrar - tu querido Boss está todo el día vigilándonos.

Suspiro porque tiene razón, sé que es por el miedo a perderme de nuevo y que venga Vincens a llevarme otra vez.

 - ¿Dónde lo has conseguido? - hablo en voz más baja.

 - Los tiene escondidos en la cocina - pone sus labios en mi oreja - los cereales rancios que no nos comemos.

Sonrío porque es el único sitio que no he buscado.

 - ¿Te ibas a comer esos cereales rancios? - le pregunto asqueada.

 - No, yo..

 - No quiero saberlo - me levanto - no creo que te hayas puesto a buscarlo ahí aposta.

Comienzo a reírme mientras me alejo para entrar en la mansión, me muero por hablar con Leire pero los brazos de mi hermano me frenan en seco.

 - Claudia - pega su cara a la mía - he hablado con papá.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora