Capítulo 28

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Laberinto de flores.

Claudia

Dia 2

El olor a alcohol inunda la habitación y las sábanas, la luz del sol entra por las grandes ventanas cegando todo a mi alrededor y los ojos me arden por la claridad del lugar.

Recuerdo que anoche provoqué a mi bestia y no hay cosa que me guste más que enojar a Alexander, sabía que tarde o temprano aparecería igual que nunca perdí la esperanza de que volviera en los años anteriores.

Levantó la mirada y el dolor de cabeza se me pasa automáticamente cuando me doy cuenta de que no estoy en mi habitación.

Salto de la cama para averiguar que aun sigo vestida y es un alivio, tengo lapsus de memoria y no quiero haber cometido una locura.

Puedo reconocer en la habitacion en la que estoy, puto Amadeus siempre tan oportuno con sus ocurrencias joder.

Son las 1 de la tarde y la reunión empieza en una hora, tengo que prepararme y ver si Ethan llegó bien, pero en el fondo no quiero buscarlo porque no se que me voy a encontrar.

Escucho suspiros de alguien y los sigo, puedo ver como Amadeus está tumbado en el suelo durmiendo solo con los pantalones puestos.

 - ¡Amadeus! - le gritó dándole con la pierna.

 - ¿Qué quieres preciosa? - dice con voz adormilada y es que ni estando así pierde su elegancia.

 - ¡Qué cojones hago en tu habitación! - le exijo. - ¡Y qué haces en el suelo!

Se levanta sonriendo, puedo apreciar cada parte de su torso desnudo y sus grandes músculos, los tatuajes son visibles ya que cubren gran parte de su piel y le quedan de maravilla.

 - No me dejaste dormir en mi propia cama preciosa - protesta - dijiste que él me mataría si lo hacía.

 - ¿El? - trago saliva porque tengo la boca demasiado grande.

 - Cuando bebes se te va la lengua preciosa - me susurra pícaro - ¿Tu y el Boss? No me lo esperaba la verdad.

Mi cara palidece cuando escucho sus palabras.

 - No existe nada entre el Boss y yo - le miento manteniendo la calma.

 - ¿En los baños de la central de Londres? - suelta carcajadas - me ofende que me dijeras que ninguno folla como él preciosa.

 - Joder Amadeus cállate la puta boca - le lanzo un cojin a la cara.

 - Estas comprometida con su hermano Claudia - me dice serio levantándose - y el casado.

Lo miro y se que solo se está preocupando por mi, porque yo sola me estoy metiendo en una bola de nieve que cada vez se esta haciendo mas grande hasta que se me estampe en la cara.

Suspira y me levanta los brazos.

No puedo evitarlo y lo abrazo porque a pesar de cómo hui de aquí, Amadeus siempre me trato por un igual.

 - Ten cuidado preciosa y sé más lista que nadie - me besa en la frente - ahora sal de mi habitación y vete a prepárate, es hora del trabajo.

Lo dejó solo en su habitación para ir de camino a la mía, pero los gemidos de Serena se meten en mi cabeza cuando retumban detrás de la habitación donde se aloja Ethan, siento que esto va a ser un desastre caótico y no puedo hacer nada para que no suceda.

Prácticamente porque ya está sucediendo y anoche también sucedió, me alejo tapándome las orejas hasta que entro en mi habitación.

Me quito el vestido y todo lo que mi cuerpo lleva hasta quedarme completamente desnuda, entró en la ducha y quito todo el olor que tengo acumulado de anoche.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora