Capítulo 22

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Mision armamento.

Alexander.

Siento como todos los ojos de la habitación se encuentran mirándome, suspiro levantando los hombros porque me importa una mierda a quien haya decepcionado y a quien haya hecho daño.

Solo quería tenerla entre mis brazos y no dejar que las sucias manos de mi hermano la tocaran, he recorrido cada parte de su piel con las mías propias y así va a seguir siendo hasta que muera.

No le he dejado irse de mi lado, sobre todo después de las palabras que me ha dicho, puedo ser lo peor de su vida pero ese papel solo lo voy a empeñar yo, soy su pesadilla y la bestia que la seguirá adonde sea que vaya.

No puedo quedarme dormido, aquí estoy entre enemigos al igual que cuando salgo fuera, no entienden lo que hay entre Claudia y yo.

Tampoco necesito que lo hagan.

Solo que dejen de tocarme las pelotas y de ponerse en medio.

La tengo entre mis brazos, se ha quedado entre regañadientes mirando a mi hermano, esa escoria no es capaz de acercarse a más de un metro. Si ella estuviera en sus brazos, me pueden apuntar con un el arma que sea que no me detengo.

Acaricio su cabello y siento el dulce aroma que ha tenido siempre, está dormida en un sueño profundo porque sabe que mientras este en mis brazos la protegeré con mi cuerpo y alma.

Solo quedamos despiertos Kesar, David, Nikolái y yo. El resto están dormidos por los diferentes sofás del despacho, son tan vulgares y sin instinto de supervivencia, confían demasiado en el uno al otro sin conocerse.

No son capaces de entender que he crecido con ella, que hemos pasado doce años de nuestra vida juntos, hemos luchado y aprendido, hemos fracasado y aceptado derrotas. Cuando no teníamos a nadie éramos la fortaleza del uno y del otro.

No entienden que tenemos mas conexión que cualquiera de aquí, y si Nikolái se piensa que va a borrar eso en un mes es que es mas estúpido de lo que pensaba.

 - ¿Por qué le haces esto? - pregunta mi hermano.

 - Porque me quiere a mi, acéptalo ya y comienza a comportarte como un hombre - le advierto - tu solo te metiste en el pozo al buscarla.

Se acerca y vuelvo a apuntarle con la pistola, recula y ahí puedo ver el amor que siente por ella, solo siente deseo y admiración.

Quiere lo mismo que yo, control y se piensa que ella se lo dará.

 - Ella no te quiere - dice su padre.

 - ¿Intentas convencerte a ti o a mi? - sonrió travieso - Hace unas horas me ha dejado claro que a mi no puede resistirse.

 - Cómo te hayas atrevido a tocarla - hace un intento absurdo de amenaza mi hermano.

Le toco el pelo a Claudia que se hunde más entre mis brazos, puedo ver la rabia en los ojos de mi hermano porque sabe que solo puedo tocarlo yo, quiere acercarse pero su miedo a morir es más que a perderla.

 - La he tocado de todas las maneras posibles hermanito - exagero - y mi pequeña ha deseado cada cosa que le he hecho.

La estrecho entre mis brazos y escucho como susurra mi nombre, le beso la coronilla y mi hermano no puede apartar la vista de nosotros.

 - No puedes estar con ella - añade su padre - acabara casándose con Nikolái, está dispuesta ha hacerlo.

 - Deberías intentar dejarla que sea feliz - interviene mi guardaespaldas.

Son unos pesados que no entienden que me da igual los acuerdos y las mierdas que tengan planeadas, ella no va a volver a separarse de mí y si tengo que secuestrarla para que no se case me la llevo al fin del mundo.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora