POV Sara
Al llegar no me encontré a la misma Alexia enfadada de la última vez y la verdad es que lo agradecí. Entre en su casa y me senté en el sillón individual, mientras que ella se sentó en el sofá. Estuvimos durante unos cuantos segundos en silencio. Yo la miraba, pero ella se veía avergonzada. No aguanté más y me levanté para irme. Había venido hasta ahí para hablar con ella y no me estaba diciendo nada. No quería perder más tiempo.
- Espera – dijo antes de que pudiera salir de la puerta – tenemos que hablar.
- Lo sé, tenemos que hablar de muchas cosas – me senté en el mismo sillón.
- Lo siento, me comporté fatal contigo el otro día, no te merecías que te gritara así – noté como se le empezaron a caer las lágrimas. Yo me acerqué para poder limpiarle las lágrimas – Es que me da pena cerrar este círculo así. Me da pena dejar a esa Alexia atrás.
- Ale, has hecho lo que has podido. Simplemente, has tenido mala suerte.
- Pues entonces dios me tiene que odiar.
- Alexia nadie te odia. Nadie sería capaz de odiarte. Son cosas que pasan. A mí me pasó, a Jana le ha pasado, a otras del equipo les ha pasado y, por desgracia, a ti también. Todo el mundo se lesiona en este deporte, pero no te tienes que culpar por ello.
- Lo sé... Estoy agradecida. Estoy agradecida por los momentos vividos. El futbol me ha dado mucho.
- Y aún más agradecida estarás por los recuerdos que te esperan. Estoy segura de que volverás mejor de lo que te has ido y te voy a ayudar a lograrlo. Deja de pensar que vas a perder un año, piensa que lo ganas. Te motivará para recuperarte y para disfrutar momentos con las personas que más quieres.
- Gracias, por todo.
- Para eso estoy. Te lo vuelvo a recordar, somos un equipo...
- Y siempre lo seremos, pase lo que pase.
Acercamos nuestros labios para poder terminar ese momento de la mejor manera posible. El beso era tierno y bonito. Me separé para poder admirar a la rubia.
- Eres preciosa – dije haciendo que se pusiera roja.
- Pues ya somos dos – nos quedamos mirando mientras sonreíamos.
Mi cabeza de un momento a otro volvió a la realidad.
- Por cierto, no quiero romper este precioso momento, pero han pasado cosas que no te van a gustar – dije yo haciendo que se le cambiara la cara – Hoy me han llamado para ir a la junta. Y, al parecer, hoy iba a salir una exclusiva que decía que tenías una relación romántica conmigo.
- ¿Quién? – preguntó enfadada.
- No lo sé – le respondí intentando tranquilizarla – lo único que sé es que hace un mes Andrea Gómez rumoreaba sobre qué tenías pareja, pero no le hice caso, ya que no éramos nada.
- Voy a matar a esa zorra...
- Pero eso no es lo peor – me volvió a mirar – me he enterado de la exclusiva porque me lo han dicho en la junta – ella empezó a golpearse la cabeza sabiendo cuáles iban a ser mis siguientes palabras – y me han despedido.
- Mierda... ¿Por qué? Dejan las relaciones entre jugadoras, pero no entre staff y jugadora ¿Por qué? No lo entiendo. Encuentro a alguien que me hace feliz y no podemos tener una vida tranquila...– empezó a hablar en voz alta para sí misma.
- Tranquilízate, no voy a dejar de ser tu fisio – ella levantó su cabeza sin llegar a entender nada.
- ¿Cómo puede ser eso posible? ¿No trabajas para el Barça, pero me ayudas con mi recuperación?
- Algo así, aún no me lo han confirmado, pero tú serias la única a la que trataría. Sé que si yo soy tu fisio te puedes llegar a motivar más y reducir los tiempos establecidos.
- Bueno... motivar y algo más... - le pegué un golpe flojo al descubrir lo que insinuaba.
- Alexia, no seas mal pensada.
- Lo siento, es que me pones a tope cuando te pones esos pantalones que llevas – dijo mientras se acercaba más hacia la zona de mis pantalones.
- Alexia, no. Tienes que estar en reposo total, así que dejaremos lo nuestro para más adelante. – la separé de mí para que no pudiera empezar algo que no terminaría bien. Ella mostró una cara de frustración – Volviendo a lo de la exclusiva, ¿Qué podemos hacer para adelantarnos?
- Puedo pegarle una paliza si quieres.
- Sí, claro, con la muleta no te jode – nos empezamos a reír – Ahora en serio, sabiendo que se va a saber lo nuestro, porque no le fastidiamos la exclusiva y lo hacemos público nosotras.
- Sara... lo último que quiero es que te expongas ante la prensa. No quiero que te sientas atosigada por las cámaras y las fans locas.
- Ale, ya estoy acostumbrada. Te vuelvo a recordar que yo también he sido futbolista; además, las cámaras me adoran – le guiñe el ojo, lo que hizo que se empezara a reír – Además, desde que salieron los rumores, las fans ya hablan de mí por Twitter, así que ya estoy sobre su tablero.
- Entonces, ¿Cómo le quieres romper la exclusiva a esa zorra?
- ¿Y si subimos una foto? – ella me miró extrañada – Una foto en la que aparecemos juntas, las fans unirán los hilos y lo harán oficial.
- Me parece que es una buena idea, pero aceptaré con una condición – yo asentí – llevaremos nosotras el ritmo de la relación.
- Con la foto lograremos justamente eso. Subiremos lo mínimo en el momento justo.
- Pues hagámoslo.
Nos sacamos algunas fotos y seleccioné una en el que ella me besaba la mejilla. En la historia puse: "Por primera vez tendremos la misma pierna jajaja, yo la cuidaré" y la mencioné para que pudiera resubirla. Al de poco tiempo pude notar como mis seguidores empezaban a subir y le enseñé mi móvil a la rubia.
- Te presento el efecto Putellas – dije irónicamente a lo que ella se rio – Si alguien hace oficial una relación contigo, gana al momento miles de seguidores.
- Gracias Sara – llamó mi atención alejando mi vista de la pantalla – sé que no soy la persona más fácil con la que convivir, pero nunca podré devolverte la ayuda que me has dado.
- Pues ya somos dos... No hace falta que me des las gracias, eso es parte de una relación. Tú me ayudas en mis peores momentos y yo te ayudo a ti en los tuyos – nos abrazamos y tumbamos en el sofá. Ella no se podía tumbar muy bien, así que decidí apoyar mi cabeza en su pierna derecha. Empezó a hacerme caricias en el pelo, lo que hizo que casi me durmiera.
- Una cosa – me desperté de mi micro sueño – en la discusión, dijiste que me querías – levanté la cabeza para poder rodear su cuello con mis brazos y toqué mi nariz con la suya.
- Te quiero.
- Yo también te quiero.
Respiré hondo y acerqué su cabeza hacia mí. Pude notar como el beso que al principio era suave pasaba a ser algo más intenso. Sentía como nuestros cuerpos empezaban a subir de temperatura y decidí poner mis piernas entre su cintura. Lo intenté hacer con cuidado, ya que no quería hacerle daño.
-Ya sé que te acabo de decir que no pasaría nada hasta que tu rodilla mejorara, pero me encantas y a veces hay que sobrepasar los límites impuestos.
- ¿Tú ves límites? Yo solo veo a mi novia subida encima de mí más caliente que un tobogán en verano. Así que disfrutemos por una vez, hoy creo que nos merecemos algo positivo. Nos merecemos él querernos.
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Te lo voy a volver a preguntar...
RomanceSara es una fisio cuya hermana trabaja en el FCB como CM del equipo femenino. Un partido, una cena y una mirada cambian su vida y decide aceptar ir a vivir a Barcelona. Ahí se encontrará con un pasado que la traumó, un presente que la apoya hasta la...