Capítulo 39

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POV Alexia

El paseo por San Mames hizo que pudiera pasar un rato increíble a solas con Sara después de varios meses de locura. Los días pasaron y cada vez me enamoraba más de Euskadi. ¿Cómo podría ser tan bonito?

- Pues al final las de Twitter tenían razón – dijo Mapi al hablar por teléfono conmigo – Ona Batlle nueva jugadora del Barça.

- Ya ves. No fallaron conmigo y no han fallado con Ona.

- Hablando de vosotras, ¿Dónde estáis ahora?

- Hemos alquilado una casa en la playa cerca de Bilbao. Es bastante grande, tiene hasta una cala propia.

- ¿Qué dices? – dijo Mapi alterada – ¿podemos ir Ingrid y yo?

- No, y sabes por qué.

- Lo vas a hacer.

- Sí, lo tengo clarísimo. Lo que no sé es cuando.

- Hazlo cuando te salga. Llévala a algún sitio bonito y pregúntaselo.

- ¿Algún sitio bonito? – dije irónica – si llevo pocos días... ¿Cómo voy a saber de algún sitio bonito?

- Yo qué sé, tú búscalo y la llevas ahí.

- Bueno, ya lo pensaré.

- Vale, me llamas cuando lo hagas, ¿vale?

- Vale, un beso.

- Adeu.

La colgué y justo entró Sara en la habitación.

- ¿Con quién hablabas? – me preguntó.

- Con Mapi – dije levantándome de la cama – quería saber que tal estábamos.

- Espero que le hayas dicho que nos lo estábamos pasando genial porque yo me lo estoy pasando increíble – se me acercó para juntar nuestras frentes.

- Claramente, le he dicho que nos lo estábamos pasando tan bien que me ha dicho si podrían venir ella y la princesita.

- Pues tendrá que pillar otra casa porque está ya está pillada – se acercó y me dio un par de picos – bueno nos tenemos que ir a casa de mi tía.

Nos subimos al coche y nos fuimos a un pueblo cerca de donde nos encontrábamos. Al abrir la puerta, Elene se tiró encima de su prima haciendo que casi se cayera al suelo.

- Elene, algún día me vas a matar – dijo al bajarla al suelo – ya veo que te has puesto la camiseta de Alexia eh. ¿Te gusta? – ella asintió y la cogió de la mano llevándola al jardín para jugar con la pelota.

- Sara siempre ha sido muy buena con Elene – dijo la tía al ver la situación - ¿nos sentamos en el sofá?

- Claro – dije yo poniéndome nerviosa. Nunca había hablado antes con Maitane a solas y me daba respeto la situación.

- Se le nota en la cara – dijo llamando mi atención – se nota que la haces feliz. Siempre que te mira, pone cara de enamorada.

- Somos muy felices – afirmé.

- Me alegro por vosotras. Noa y Sara lo han pasado muy mal durante su vida y me da mucha alegría ver que ahora es feliz. Por eso te lo quería agradecer...

- A mí no me tienes que agradecer nada, yo no hice nada.

- Pues eso no es lo que me ha dicho – la miré sorprendida – apareciste en su vida en un punto en el que no estaba bien. Le salvaste la vida Alexia.

- Nos salvamos la vida entre las dos.

- Te quería pedir que, aunque os peleéis, que estés con ella.

- Nunca la dejaría sola, te lo juro.

- Lo agradezco.

Nos quedamos unos segundos en silencio.

- Por cierto, gracias por la camiseta – dijo mirando como jugaban con el balón.

- No ha sido nada, Sara me dijo que a la pequeña le gustaba el futbol y le quería dar un pequeño detalle.

- Le encanta el futbol, sobre todo por Sara. Después de lesionarse decidió no jugar ni ver más futbol, solo jugaba con Elene en el jardín. Desde entonces, siempre que vienen a casa se ponen a jugar con la pelota.

- Tienes en tu casa el futuro del mundo femenino.

- Ya lo veo – nos empezamos a reír.

De repente sonó el timbre. Maitane se levantó para abrir la puerta.

- Izeba Mai... (Tía Mai) – dijo Noa dándole un abrazo a su tía – Cuanto tiempo.

- Noa a mí me hablas en euskera – le dijo echándose una bronca – ahora puedes hablar castellano, pero porque tenemos invitada, pero sino...

- Barkatu (Lo siento) ... - dijo acercándose hacia mí - ¿Qué tal Ale?

- Bien, ¿y tú?

- Disfrutando de la vida.

- Como debe de ser.

- Por cierto, ¿podrías soltar a Sara de vez en cuanto? No puedo hacer planes con ella porque siempre está contigo – dijo quejándose.

- A mí no me mires, díselo a tu hermana. Ella me dije que eres tú la que estás ocupada con la novia – pude observar que Sara se acercó al escuchar a su hermana.

- Rubia, ven conmigo a jugar con Elene – dijo agarrándome del brazo – no quiero que Noa te haga el interrogatorio del año.

- Yo no iba a preguntarle nada. Y eres consciente de que ya no es rubia, ¿no?

- Claro que le ibas a preguntar. Eres periodista. Y sí soy consciente de que ahora es la pantera rosa, pero para mí siempre será mi rubia.

- Vale, me has pillado, iros a jugar – dijo bajando la cabeza irónicamente.

Me levanté y fui con Sara a jugar con Elene con la pelota. Estuvimos un rato haciendo pases hasta que Elene me hizo un caño.

- NO – dije exagerando.

- Te acaba de hacer un caño – dijo Sara burlándose y acercándose a mí. Yo escondía la cara mientras ella intentaba abrazarme – rubia, no escondas la cara, me gusta cuando te avergüenzas.

- Pues a mí no me gusta.

- Lo siento Alexia – dijo la pequeña al ver la reacción.

- Tranquila – me agaché y a la pequeña le salió una sonrisita – no has hecho nada malo. Al contrario, lo que has hecho ha estado muy bien.

- ¿Por qué tienes el pelo rosa? – dijo la pequeña con vergüenza. Yo miré a Sara.

- Porque tu prima es una pesada, así que me pinté el pelo de su color favorito.

- También es mi color favorito – dijo riéndose.

- ¿A sí? – hice de la sorprendida - ¿Y me queda bien? – ella asintió - A ver dime ¿Qué quieres ser de mayor?

- Futbolista como Sara y como tú.

- Seguro que lo serás. Pero recuerda que aunque tú tengas un sueño es importante querer a tu familia y apoyarla siempre. Disfruta con el balón y aprende mucho.

- Lo haré – dijo Elene – jugaré en el mejor equipo del mundo y me enamoraré como tú de mi prima.

- De eso no tengo duda pequeña, serás alguien grande, lo sé.

Te lo voy a volver a preguntar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora