Capítulo 35

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POV Sara

Campeonas de Europa. No era un título que había ganado yo, pero parecía que lo había hecho. Alexia se hizo cargo de sentirme parte de esa victoria, aunque sabía perfectamente que no había hecho nada para merecérmelo. Eso sí, ya nos sacamos la rubia y yo la fotito para ponerla en la colección de nuestras fotos. La noche de la final se fue de las manos. Nos fuimos de fiesta y eso fue la mejor experiencia que nunca he tenido de fiesta. Las chicas, cuando querían pasárselo bien, lo hacían. El día siguiente tenían una rua para enseñar la copa y todas tenían una resaca espectacular encima.

Ese mismo día, me llegó un mensaje de Jordi diciendo que tenía varias cosas mías en el despacho y que me acercara para recogerlas. Fue justamente lo que hice el día siguiente.

Entre a la ciudad deportiva. Estaba todo muy vacío. Me encontré a Jordi en la sala de rehabilitación. Me dio una caja con varias cosas que había dejado en mi despacho.

- Sara, echaré mucho de menos verte por aquí.

- Yo también te voy a echar de menos, pero me quedo en Barcelona y vendré a los partidos, así que ya nos veremos.

- Por lo menos... Me alegra mucho que seas feliz con Alexia. Hacéis una pareja muy buena.

- Gracias – le di un abrazo – por todo. Te echaré de menos Jordi.

- Bueno, yo me tengo que ir, pero si quieres quédate para despedirte de todo – dijo mirando un segundo su móvil – ya nos veremos.

Nos despedimos y se fue casi corriendo. Estuve un rato en la sala. En aquel lugar fue donde tuve mi primera sesión con Jana, mi primera sesión con Alexia y mi primera charla con la catalana. Habían pasado muchas cosas desde ese momento y a una parte de mí le daba pena despedirse de esa etapa. Pero era lo que tenía que hacer.

- ¿Ahora te da pena despedirte de todo? – dijo alguien desde la puerta.

- Hace meses te dije que me dejaras vivir mi vida...

- Y eso es lo que he hecho, pero mira lo que tú has hecho...

- ¿Qué es lo que he hecho?

- Has desperdiciado una oportunidad brillante – me giré para ver al diablo a la cara.

- No he desperdiciado nada Andreu.

- Yo no te eduqué así, estoy muy decepcionado...

- TU NO ME HAS EDUCADO – le grité – NUNCA LO HICISTE.

- Sí que lo hice, te apunté al futbol para que fueras alguien, pero no hiciste nada. Eres una decepción.

- No...

- Te di una última oportunidad dándote el trabajo, intenté ser el padre que querías – me cortó – pero preferiste follar con tu amiga la rubita.

- No...

- Eres una decepción y siempre lo serás. No sé por qué he gastado mis fuerzas en ti, no vales la pena y nunca has valido la pena – se acercó a mí. Yo bajé mi cabeza – debiste de morir tú en el parto y no tu madre...

- BASTA – levanté la cabeza de golpe – no tienes derecho, a llamarme decepción. No soy tu puto proyecto de ciencias. Toda mi vida queriendo la atención de alguien que nunca me quiso y nunca me querrá, de eso es de lo único que me arrepiento en mi vida. Noa y yo hemos salido del agujero en el que nos metiste sin ninguna ayuda, así que no te creas que hemos llegado hasta donde estamos por ti, porque hemos luchado con uñas y dientes para poder estar hoy aquí. Y puede ser que nos hayas dado tú los trabajos, pero estamos aquí porque hemos aprendido a sobrevivir sin tu ayuda. Y no hay que olvidar, que mientras yo intentaba sobrevivir, tú te follabas a todas las putas de Barcelona porque la única persona que has amado en tu vida murió.

- La mataste tú...

- No – le corté – la mataste tú. La mataste abandonándonos, al no apoyarnos, al controlarnos... Mataste su alma al dejarnos de lado. Y otra cosa, ni se te ocurra llamar así a Alexia. No tienes derecho. Ella no es una simple amiga, ella estuvo en mis peores momentos y mejores momentos, siempre me apoya en mis decisiones y nunca me critica o hace malas caras por mis acciones, con ella puedo ser yo, ella con un simple abrazo me hace sentir segura y querida, ella nunca me dejó. No como tú – bajó su cabeza – Siempre me escucha y me pone atención en todo lo que digo, es una persona muy especial e importante para mí, es diferente a otras personas porque ella nunca me ignoró y siempre hace lo posible por verme feliz y olvidarme de los malos momentos, para mí ella es mi todo. Así que ni se te ocurra decirme que malgasté la oportunidad laboral de mi vida por una simple persona. Ella es mi vida.

Se quedó callado.

- Y no he aceptado el trabajo para poder separarme de ti. Llevas toda mi vida controlando mis decisiones y por fin he decidido por mí misma. Y no me arrepiento.

- Lo harás.

- No... porque, aunque no tenga este trabajo, tengo algo que tú nunca tendrás... – me dirigí a la puerta para irme, pero me di la vuelta para terminar la frase – yo tengo una familia que me quiere.

Te lo voy a volver a preguntar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora