Dicen que de los mil amores que tendrás en la vida solo hay uno bueno, que te marca.
Emily Meyer llevaba demasiados años enamorada del mismo chico. Tom Kaulitz, el hermano mayor de su mejor amiga.
¿Podrá Emily olvidar su amor por Tom?
Quizas sea T...
Habían pasado diez meses desde mi último encuentro con Tom, digo mi último encuentro porque a partir de ahí la relación fue decayendo en picado. Nuestras conversaciones eran entre poco y nada, lo justo y necesario. Nos veíamos lo menos posible, en los ensayos de la banda, en casa de los Kaulitz y algún encuentro por el pueblo.
Mi intento de olvidarlo fue fallido, no dejó de gustarme, pero al menos no me afectaba tanto el verlo con otras chicas.
Yo estaba conociendo a un chico. Peter.
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Lo conocí en una fiesta a la que había ido con Niky, me pareció un chico muy agradable y desde entonces nos habíamos visto unas cuantas veces.
La banda ya era demasiado conocida en Alemania. Los chicos daban conciertos por todo el país y eran reconocidos en cada lugar al que iban.
El verano estaba acabando, y el fin de semana era el cumpleaños de los gemelos. 17 años. Y parecía que había sido ayer cuando los vi por primera vez en el colegio.
Nos encontrábamos todos reunidos en el salón de los Kaulitz. Simone y Gordon había salido a cenar y nosotros habíamos aprovechado para pedir unas pizzas y planear el cumpleaños de los gemelos. Niky, Georg y Gustav se encontraban sentados en el sofá grande. Bill sentado en el suelo delante de la butaca donde yo estaba sentada. Y Tom en la otra butaca enfrente de mi.
—Yo voto por ir de putas. —georg miro a todos buscando aprobación.
—Tu ni pagando chico. —dijo Niky riéndose.
—Yo creo que podíamos ir a cenar a algún lado, algo tranquilo y para casa. —dijo Gustav con su tono calmado de costumbre.
—Gus tranquilo mis huevos, yo quiero alcohol, sexo y drogas. —dijo Tom.
—¿Y si alquilamos una casa para el finde y hacemos una fiesta?— dijo Bill sonriente. —no habría vecinos y la fiesta podría desmadrarse cuanto quisiéramos.—todos asentimos, estábamos de acuerdo.
—Yo sabía que esa cabecita tuya servía para algo más que para llevar el pelo. —dije acariciando la cabeza de Bill. Giró su cabeza hacia arriba mirándome a la cara y acariciándome la mano.
—Bueno...—tosió Tom. —Entonces ya está, haremos una fiesta. Que Bill se encargue de buscar la casa. Georg y Gus la bebida y comida. Las chicas que se encarguen de la decoración y la música, y yo de llamar a las chicas. —levanto sus cejas repetidas veces.
—Y chicos, no quiero estar en una fiesta de almejas. —dijo Niky mirando mal a su hermano.
—Esta bien. —bufó Tom rodando los ojos.
—¿Puedo invitar a Peter chicos?— pregunté con algo de vergüenza.
—Si, claro Emi invítalo.—dijo Bill sonriéndome dulcemente.
—¿Quién es Peter? —preguntó Tom seriamente.
—Un amigo. —evité su mirada penetrante y con incertidumbre.
—El amigo de Emi que está como un tren. —respondió Niky con una sonrisa pícara. Yo solamente me reí.
—Bueno entonces le llamaré para invitarle.
—No. —dijo Tom secamente.
De repente todos lo miramos atentamente. Esa contestación tan repentina y tajante nos había pillado a todos por sorpresa.
—¿Y se puede saber por qué no?— pregunté cruzándome de brazos.
Bill se arrastró por el suelo y se colocó a los pies del sofá en el que se encontraban los demás. La mirada de todos viajaba de Tom a mí y viceversa como si estuvieran viendo un partido de tenis.
—Por que no. —volvió a responder seco. Entrecerré mis ojos. —No lo conozco de nada y no quiero gente que no conozco en mi cumpleaños, y punto.
—Pero también es el cumpleaños de Bill y a él le parece bien. —dije con retintín.
—¡Pero a mí no Emily! —se levantó de golpe de la butaca. —y no voy a discutir más contigo por tu novio, así que adiós. —dijo mientras subía las escaleras.
—Pues va a ir igual. —dije levantándome también de la butaca y acercandome a las escaleras. —¡Y NO ES MI NOVIO!
—¡POR AHORA! —gritó Niky riéndose.
Se escuchó un portazo. Me giré en dirección a los demás y todos me miraban esperando que dijera algo.
—Ag, no lo soporto
Tom:
Cerré la puerta de mi habitación de un portazo. ¿Quién cojones era el Peter ese y dónde lo había conocido? Si Emily pensaba en llevarlo a mi fiesta lo tenía claro, porque le echaría.
Estaba que me llevaban los mil demonios, empecé a caminar por mi habitación de un lado para otro maldiciendo en todos los idiomas posibles. Necesitaba relajarme.
Caminé hasta la ventana y la abrí de par en par. Metí la mano en mi bolsillo trasero del pantalón y saque mi cajetilla de tabaco. Saqué un cigarro, lo coloqué en mi boca y lo encendí. Pegué una largar calada, sintiendo como el humo pasaba a mis pulmones. Dejé salir el humo lentamente. Repetí el proceso hasta que me encontraba más relajado.
Me estaba volviendo loco, estaba claro.
Llevaba evitando a Emily desde que me di cuenta que a Bill le gustaba, era demasiado evidente y no sé cómo no me había dado cuenta antes. Y estaba claro que Emily sentía lo mismo, o eso creía hasta esa noche.
¿Cómo es posible que Emily estuviera con otro chico y yo no supiera nada? Oh bueno si, es verdad, mi relación con ella era CERO.
De repente un ruido me sacó de mis pensamientos. Estaban llamando a la puerta. Giré la cabeza en dirección a la puerta mientras seguía apoyado en la ventana. La puerta se abrió y unos pelos negros alocados se asomaron por ella.
—¿Quieres hablar?—pregunto dudoso mi gemelo.
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Hola chiquis💕
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