~Capítulo treinta y nueve~

1K 52 13
                                    

Conducía la moto a gran velocidad, necesitaba llegar al hospital lo antes posible. Apretaba el acelerador hasta llegar al tope, la imagen de Emily en el hospital no salía de mi cabeza. Me imaginaba todo lo peor, sentía una presión en el pecho y una impotencia que no podía controlar.

Si algo le pasaba a Emily me moría.

—¡TOM REDUCE NOS VAMOS A MATAR! —ignoré a mi hermana mientras tumbaba la moto en una curva. Necesitaba llegar ya.

Llegamos al hospital y me bajé de la moto casi tirándome en marcha. Mi hermana Niky me seguía a paso ligero casi corriendo, intentando seguirme el ritmo. Según me acercaba a las puertas automáticas del edificio vi a Matt salir por la puerta con cara de preocupación.

Caminé hacia él con paso firme y cuando estaba llegando a mi intentando decir algo le solté un puñetazo tirando a este al suelo, noqueandolo de un solo golpe. Estaba furioso, el tenía que haberla cuidado.

—¡TOM! —gritó Niky siguiéndome el paso mientras quitaba su casco.

—Que le atiendan, está en un hospital. —contesté quitando el mío adentrándome dentro del establecimiento.

—Hola buenas noches, ¿Emily Meyer? —preguntó mi hermana acercándose al mostrador.

—Sigan este pasillo a la derecha. Está en observación, boxes 15. —nos indicó la mujer que estaba en recepción.

—Muchas gracias. —contestamos adentrándonos al pasillo que nos había indicado.

Caminamos por el pasillo buscando el lugar donde se encontraba Emily, sentía que no llegaba nunca, ese pasillo se me estaba haciendo eterno. Entramos dentro de la habitación y ahí estaba, tumbada en la cama con unos tubos en la nariz para poder respirar, con cables por todos lados y monitorizada con una máquina que indicaba los latidos de su corazón.

Una lágrima cayó por mi mejilla al ver a Emily ahí acostada, con sus ojos cerrados y su respiración débil. No me lo podía creer. Yo debía haber estado allí para que nada le pasara, yo tenía que haberla cuidado y lo único que había echo era hacerle daño. El sentimiento de culpa me invadió.

—Buenas noches, ¿sois familiares de la señorita Meyer? —preguntó una doctora entrando en la habitación.

—Somos sus amigos, sus padres están de camino. —respondió mi hermana— ¿Qué le ha pasado?

—Acompañarme fuera porfavor. —seguimos a la doctora al pasillo.

—¿Se pondrá bien? —pregunté de inmediato.

—Si, no os preocupéis —sonrió— vuestra amiga casi sufre una sobredosis de Mdma. Había consumido una gran cantidad de esa droga con bastante alcohol, no ha sufrido un coma-etílico de milagro. —Niky y yo nos miramos sin entender nada— ¿Sabéis si vuestra amiga tenía algún problema?

—Emily no se droga —espeté— alguien tuvo que echárselo en la bebida.

—Posiblemente entonces esa persona quería aprovecharse de vuestra amiga, está viva de milagro. —Niky comenzó a llorar, yo pasé mi brazo por el hombro de ella para consolarla— hay que dar gracias al amigo que la trajo, igual si tarda más vuestra amiga no lo cuenta. Le hemos hecho un lavado de estómago y le hemos puesto unos tranquilizantes, dormirá un buen rato pero está fuera de peligro no os preocupéis. —asentimos ante sus palabras.

—Muchas gracias doctora. —contestó Niky entré sollozos.

—Cuando lleguen sus padres decirles porfavor que venga a hablar conmigo. —asentimos.

Vi a Matt caminando por el pasillo en dirección a nosotros, comencé a caminar hacia él mientras mi hermana intentaba detenerme.

—¿Querías violarla hijo de puta? —le agarré por su camiseta acercándolo hacia mi— ¿Por eso le echaste 'M' en la bebida?

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora