~Capítulo treinta y cuatro~

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Tom:


Emily desapareció por la puerta del local volviendo a la fiesta de muy mal humor, y la verdad la entendía perfectamente.

¿Quién le había dicho a Chantell donde era la fiesta?

Chantell se acercó hacia donde yo estaba a paso ligero, haciendo resonar sus tacones contra el asfalto con una enorme sonrisa.

—Hola Tomy —se acercó a mi intentando besarme.

—¿Qué haces aquí? —aparté mi cara evitando que me besara en un tono brusco y seco.

—Uy, vaya tono —se cruzó de brazos inflando sus mejillas. Era como una niña pequeña.

—Perdona Chantell —suspiré —¿pero qué haces aquí?

—Bill me invitó —sonrió alegremente. Mi cara de sorpresa apareció. —¿Vamos dentro? —se agarró de mi brazo.

—Es una fiesta de disfraces, ni si quiera vas disfrazada. —la miré de medio lado.

—Eso tiene solución —rebuscó en su bolso sacando de este una corona. —Ya está, soy una princesa. —rió. Yo rodé mis ojos y caminamos hacia la puerta del local.

Emily:


Me encontraba en la pista entre la multitud bailando con Niky, cuando esta miró hacia la puerta. Yo giré mi cuerpo aún bailando para mirar en la dirección que miraba mi mejor amiga cruzada de brazos. Tom y Chantell aparecieron por la puerta con esta agarrada al brazo de él. Intenté ignorarlo y seguir bailando mientras le pegaba un trago a mi copa.

—Genial, ya está aquí la novia de Tom. —bufó.

—¡¿Su novia?! —escupí la bebida que estaba tomando —¿Cómo que su novia? —tosi intentando evitar atragantarme.

—Si bueno, no se si es su novia —palmeó mi espalda —pero es la única chica con la que le he visto quedar unas cuantas veces. —se encogió de hombros.

—¿Unas cuantas? —la miré — ¿Cuántas? —pregunté, aunque no sabía si quería saber realmente la respuesta.

—No se, bastantes —se encogió de hombros mi mejor amiga —casi todos los días, hasta que ella se fue de viaje fuera de Alemania.

—Será hijo de puta... —susurré recapacitando sobre las palabras de Niky.

—¿Qué? —preguntó mi amiga confusa al no escucharme bien por el volumen de la música.

—Que voy a ir a por otra bebida —le mostré mi vaso. Esta asintió.

Caminé hacia la barra evitando encontrarme con Barbie y Ken que se estaban acercando al grupo. Apoyé mis brazos sobre la barra, apoyando mi mentón sobre una mano mientras con la otra intentaba llamar a la camarera para que me atendiera, pero era en vano, parecía que era invisible.

—Creo que no te ve —una voz sonó a mi lado —es lo malo de que casi te tape la barra. —soltó en mi oído con una risa.

—Usted perdone —le miré mientras llamaba la atención de la camarera, haciendo que está si le hiciera caso a él. —no todo el mundo tiene la suerte de medir metro ochenta como el señor Matt Hunter. —dije irónicamente.

—Metro ochenta y ocho —me corrigió guiñándome el ojo. Yo levanté mis manos en señal de disculpa provocando una risa por su parte.

—Perdonar por la tardanza chicos —se disculpo la camarera. Yo le sonreí negando con la cabeza para que no se preocupara. —¿Lo mismo de antes? —ambos asentimos y ella se puso en marcha para preparar nuestras bebidas. —Aqui tenéis. —nos entregó nuestras copas.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora