~Capítulo cuarenta y cinco~

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Emily:

Nos encontrábamos en la mesa del restaurante comiendo y conversando cuando vimos entrar a Tom por la puerta del establecimiento con el casco de su moto colgado del brazo.

—Hola amor —me besó en modo de saludo —¿Que hay chicos? —le estrechó la mano a Matt sentado a mi lado para luego pasar a Georg.

—Hola Tom —Matt le correspondió el saludo con una sonrisa de medio lado.

—Si tardas cinco minutos más nos pillas comiendo los postres —bromeó Georg mientras Tom tomaba asiento en la silla libre entre él y yo.

—Conociéndote todavía te falta otra pizza más para pasar a los postres. —todos reímos. Georg era un pozo sin fondo, nunca se hartaba de comer— Y entonces, ¿vosotros dos ya lo habéis hecho oficial? —miró a su hermana y Georg levantando repetidamente sus cejas con una sonrisa.

—Si bueno, no me gustan las etiquetas, pero podríamos decir que si. —respondió mi mejor amiga. Ella tan liberal como siempre.

—A partir de ahora te llamaré cuñadito —se burló Georg palmeando el hombro de Tom.

—No te pases —este lo fulminó con la mirada con una sonrisa burlona. Todos reímos en cuanto Georg quitó lentamente su mano del hombro, levantando ambas manos en señal de paz como si Tom le estuviera apuntando con un arma.

Tom era una persona muy sobreprotectora, sobretodo con sus hermanos. Había adoptado el papel de duro desde muy pequeño, obligándole esta fachada a siempre estar en guardia ante cualquier persona que pudiera dañar a sus hermanos. Y hacerme caso que si a Georg se le pasaba aunque fuera por una milésima de segundo hacerle daño a Niky, Tom le haría arrepentirse de ello el resto de su vida, aunque este fuera su mejor amigo. Sus hermanos son su bien más preciado y daría su vida por ellos si fuera necesario.

—Bueno, ¿y vosotros vais a ir a la fiesta de este finde en La Geheimclub? —preguntó Niky mirando hacia Tom, Matt y yo.

La Geheinclub era una de las discotecas más famosa de Magdeburgo, donde el entrar te costaba bastante y había largas colas para ello.

—¿Tu vas a ir? —pregunté llevando mi tenedor a la boca.

—Claro —dijo con orgullo— tengo la suerte de ir con dos integrantes de Tokio Hotel para no tener que esperar colas —Tom la miró confundido— Bill se apuntó también, ya que últimamente no le haces mucho caso.

—Eso no es verdad —Tom rodó los ojos— simplemente que Bill solo quiere estar de fiesta en fiesta y a mí ya no me apetece tanto.

—Claro, prefiere estar todo el día dándole como conejos con Emily —soltó Georg entre risas. Yo tosí mostrando mi incomodidad.

—¡GEORG! —Niky golpeó su brazo— no quiero imaginarme a mi hermano y mi mejor amiga follando, gracias. —este se encogió de hombros— Gus dijo que pasaba de más fiestas con Bill, que siempre acaba hecho mierda, ¿vosotros vais a venir o os rajais también?

—Bueno estaría bien pasar un rato —miré a Tom buscando una respuesta el cual asintió con la cabeza en señal de estar de acuerdo.

—¡GENIAL! —Niky aplaudió entusiasmada— ¿Y tu Matt, te apuntas? —este iba a responder pero Tom lo cortó.

—Creo que Matt es más de fiestas con violadores, drogas y menores —soltó venenosamente mientras llevaba su tenedor a la boca.

—Tom... —susurré mientras le pateaba por debajo de la mesa.

—Callate la boca fregona —le regañó su hermana— ¿Vienes? —dirigió su mirada hacia Matt.

—Claro, estará bien el relacionarse con otras personas que no sean criminales —soltó irónicamente mientras miraba desafiante a Tom, el cual hizo amago de levantarse de su asiento fulminando a Matt con la mirada.

—No hagáis numeritos aquí, porfavor. —pedí colocando mi mano en el hombro de Tom obligándole a tomar asiento de nuevo.

[........]


Después de la comida nos despedimos de los chicos y Tom me llevó a casa en su moto. Mis padres como de costumbre no estaban en casa, así que Tom y yo decidimos que era buena una tarde de palomitas, Netflix y manta.

Nos encontrábamos en mi cuarto, acostados ambos encima de mi cama. Tom con su espalda apoyada en el cabecero de la cama, conmigo acurrucada en su pecho y el cuenco de palomitas sobre sus piernas. Estábamos viendo The notebook, la peli favorita de Bill y aunque Tom se negara a admitirlo, también la suya. Tom dejaba suaves caricias en mi brazo mientras comía palomitas. Bueno, se tiraba por encima más de las que comía, pero digamos que estaba comiendo palomitas.

—¿Te dormiste muy tarde anoche? —dije rompiendo el silencio mientras alzaba mi vista para ver a Tom.

—¿Qué? —preguntó sin apartar la vista de la televisión sin comprender mucho mi pregunta.

—Que si te dormiste tarde anoche —reí— por eso hoy te has quedado dormido y has llegado tarde a la comida —aclaré. Noté como su cuerpo se tensó levemente.

—Emm.... si. —metió una palomita en su boca— no podía dormir.

—¿Y eso? —me incorporé en la cama para verle mejor— ¿Pasó algo?

—No —respondió tajante— simplemente no podía dormir. —se encogió de hombros.

—Bueno... —volví a apoyar mi cabeza en su pecho dudando de lo raro que me había dado su respuesta. Como si no quisiera hablar del tema.

No se en qué momento exacto, pero sin darme cuenta me dormí. La paz que me trasmitía estar con Tom causaba ese efecto, me relajaba tanto el estar con él que me acababa durmiendo.

Abrí los ojos lentamente, restregué estos con mis manos para centrar la vista. Al abrirlos de nuevo me encontré con la imagen de Tom de pie junto a mi ventana, iluminado por la tenue luz que desprendía la tele de mi habitación hablando en susurros por teléfono.

—Oye porfavor, déjame en paz de verdad —gritó susurrando para no despertarme— adiós. —colgó la llamada.

—¿Que pasa Tom? —este se sobresaltó ante mi pregunta.

—Nada amor nada, los de las compañías telefónicas que son muy pesados —rió nerviosamente mientras se acostaba de nuevo en la cama— duérmete de nuevo, siento haberte despertado. —besó mi frente mientras apartaba mi pelo de la cara.

—Ya no tengo sueño, quiero merendar —hice pucheros mientras hablaba con voz de niña pequeña. Tom rió ante mi gesto.

—¿Que te apetece? —preguntó con una sonrisa.

—¡Tortitas! —pedí entusiasmada.

—Pues venga, vámonos a merendar —dijo poniéndose de pie.

—¡BIEEEEN! —me coloqué de un salto encima de la cama para luego saltar sobre Tom, quedando colgada de él con mis piernas a cada lado de su cadera. —te quiero.

Yo te quiero más mi pequeño mono. —me besó.

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Hola mis chiquis, ¿que tal estáis?

Tom se anda callando que se vio de nuevo con Chantell.... ¿Cómo acabará la cosa?

También quería informaros que se va acercando el final, básicamente para que os preparéis 😅😅 que luego me matáis.

Comentar mucho, votar y recomendar para que el fic tenga más alcance, os lo agradecería mucho.

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Muchísimas gracias por leer y nos vemos en el siguiente capítulo.

Os amodoro❤️😘

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora