~Capítulo veinticinco~

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Peter iba conduciendo, sin despegar su vista en la carretera. Paró en un semáforo y me miró.

—¿Quieres ir a algún sitio en especial? —preguntó.

—No, donde tu quieras. —negué —solo necesito hablar contigo.

—Esta bien —puso el coche de nuevo en marcha cuando cambió el semáforo. —podemos parar aquí.

Giró a la derecha adentrándose al parking de una cafetería. Estacionó el coche, bajó y camino de su lado para abrir la puerta del mío. Me ofreció su mano para ayudarme a bajar, cosa que yo agradecí con una sonrisa. Caminamos dentro del local y nos sentamos en la mesa que más apartada estaba del resto de la gente.

—Hola buenas tardes —nos saludo amablemente la camarera —¿Qué desean tomar?

—Yo quiero una cerveza y ella... —comenzó Peter.

—Yo quiero una tila porfavor. —continue yo. Necesitaba calmar mis nervios.

—Muy bien, ahora mismo os lo traigo. —dijo la camarera alejándose de la mesa con una sonrisa.

Llevé mi mirada a la ventana, mirando a través del cristal hacia fuera. En verdad no estaba mirando a nada en específico, simplemente buscaba las palabras adecuadas, no sabía por donde empezar.

—Bueno, pues tú me dirás. —Peter colocó sus manos entrelazadas sobre la mesa.

—Bueno... Peter yo... es que... —tartamudeé. No me salían las palabras. —Dios, no se por donde empezar. —me sobé las sienes.

—Quieres dejarlo. —Espetó con una sonrisa.

Levanté mi vista de golpe hacia el, mi cara de sorpresa apareció. Las manos me comenzaron a sudar.

—Yo....yo... —tartamudeé de nuevo.

—Tranquila Emily, no pasa nada. —sonrió mientras agarraba mi mano sobre la mesa para tranquilizarme. —¿Es por Tom verdad?

Entonces mis ojos amenazaron con salirse de las órbitas, mi cara de asombro debía de ser un cuadro. No sabía cómo articular palabra.

Venga Emily, tienes que echarle cojones.

—Si...—dije en un hilo de voz mientras agachaba mi cabeza —Lo siento mucho Peter, eres una persona maravillosa. —le miré —por esa razón no quiero hacerte daño. —mis ojos se cristalizaron.

—No pasa nada, yo sabía que estabas enamorada de él y aún así me quise arriesgar. —sonrió.

—Perdón —dijo la camarera avergonzada por interrumpir nuestra conversación. Colocó nuestras bebidas enfrente de cada uno. —os dejo aquí la cuenta. —me soltó una sonrisa de disculpa.

Genial, encima había escuchado lo de que estaba enamorada de otro, ahora se pensaría que soy una zorra.

—¿Por qué nunca me dijiste nada Peter? —pregunté preocupada.

—Tenía la esperanza de conseguir que te enamoraras de mí y olvidarás a Tom.  —se encogió de hombros mientras pegaba un trago a su cerveza. —Pero cuando vi los ojos con los que Tom te miraba sabía que sentía lo mismo que tú, yo no tenía nada que hacer. —sonrió —pero bueno, soy persuasivo no me gusta rendirme. —reí ante su comentario.

—Lo siento mucho Peter, de verdad. —pegué un sorbo a mi té —eres una persona maravillosa y ojalá hubiera podido corresponder tus sentimientos.

—No te preocupes, siempre podemos ser amigos.

—Por supuesto. —sonreí.

Peter y yo nos quedamos un rato hablando en la cafetería, riéndonos y charlando de todo un poco. Me gustaba su compañía y aunque no pudiera quererlo de la forma que quería a Tom le tenía un cariño especial.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora