~Capítulo treinta~

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—¿Que coño haces Tom?

—A mi no me vuelvas a dejar con la palabra en la boca —me señaló con su dedo índice mientras se acercaba a mi.

—Y tu a mi no me hagas escenas de celos —le encaré -encima sin sentido, ponerte celoso de Bill... —negué con la cabeza cruzándome de brazos —estas enfermo.

—Lo que es mío es mío, no me gusta compartir -sonrió de medio lado.

—Yo no soy un objeto para ser de tu propiedad —enarqué una ceja divertida —asi que relaja la raja Kaulitz.

Una sonrisa malvada se posó en los labios de Tom y yo conocía esa sonrisa, mi reacción le había puesto cachondo.

—¿Te me estás revelando pequeña Emi? —acortó la distancia entre nuestro cuerpos colocando una de sus manos en mi cintura —tu no eres una chica mala, no te pega. —susurró a dos centímetros de mi boca.

—Y a ti no te pega ser un tóxico celoso —mi mirada se fue a sus labios -eso es de personas inseguras Thomas. —pasé mis brazos por su cuello —¿Te hago sentir inseguro?

—Para nada —negó con su cabeza —todas se mueren por mi —pasó la lengua por sus labios para humedecerlos —incluso tú.

—Eso no quiere decir que otros chicos no se interesen por mi —le miré con una sonrisa maliciosa y una ceja alzada  —y eso es lo que te mata. —susurré en su boca.

Los ojos de Tom se opacaron de tal forma que despareció el brillo que siempre tenían, eso pasaba siempre que la lujuria y el deseo se apoderaba de él. Pude confirmar que era así en cuanto Tom capturó mis labios con los suyos, pegándome más a su cuerpo en el beso pudiendo así sentir el gran bulto que se notaba en sus pantalones anchos.

Caminamos hacia uno de los cubículos del baño aún unidos en múltiples besos. Tom recorría mi silueta con sus manos mientras las mías recorrían su espalda, nuca y pecho buscando desesperadamente ese contacto que tanto necesitaba. Cerramos la puerta del baño detrás nuestras mientras Tom bajaba la tapa del inodoro. En un hábil movimiento me levanto en el aire obligándome a colocar mis piernas a cada uno de sus costados y acto seguido él sentarse en el váter conmigo encima suya.

—Tom estamos en un lugar público —jadeé entre besos.

—No importa —jadeó mientras se deshacía de mi sudadera. —más morbo —soltó con una sonrisa ladina tirando mi sudadera al suelo.

Tom comenzó a dejar un rastro de besos sobre mí cuello y pechos, provocando algún que otro jadeo de mi parte. Mi piel se erizó en el momento que la humedad de la lengua de él hizo contacto conmigo. La temperatura estaba comenzando a subir como la pólvora, sentía el calor subir a mis mejillas. Las manos de Tom se fueron a mi trasero y apretaron este de forma que al acercarme más a él pudiera sentir lo duro que estaba debajo de los pantalones.

Estábamos los dos cachondos como monos.

Entonces el ruido de la puerta del baño se escuchó seguido de la voz de Niky.

—¡Emily! —nos separamos de golpe.

—¡Si, estoy en el baño! —rapidamente me levanté de encima de Tom.

—Pues date prisa que ya nos vamos. -se escuchó del otro lado de la puerta.

—Si, ya salgo. —intentaba apartar a Tom el cual se había puesto de pie e intentaba seguir besándome. —Tom párate quieto joder. —susurré a este.

—Joder macho, siempre igual. —respondió en susurros también —no me dejan echar un polvo. —rodó los ojos. Yo sonreí y me encogí de hombros.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora