~Capítulo cuarenta y dos~

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Emily:

Nos encontrábamos en la mesa de comedor cenando con mis padres, manteniendo una conversación de temas triviales. Está situación se hacía extraña, Tom y yo siendo pareja oficialmente, teniendo una cena con mis padres como una pareja normal. Sin tener que escondernos, pudiendo agarrarnos de la mano y abrazarnos sin ningún inconveniente. Era todo lo que siempre había deseado.

-¿Y que tal os va con la banda Tom? -preguntó mi padre mientras bebía de su vaso.

-La verdad que muy bien señor -contestó tragando la comida que estaba masticando- nuestro manager está barajando la posibilidad de una gira muy pronto por Europa.

-Pero eso es genial cariño -dijo mi madre con una sonrisa. Tom asintió bastante orgulloso- llegareís muy lejos.

-Eso espero la verdad, triunfar en la música y tener a Emily a mi lado es todo lo que pido. -me miró. Sentí que mi corazón se salía de mi pecho.

No pude evitar que se me escapara una sonrisa tonta, este hombre cualquier día me mataría de una subida de azúcar siendo tan dulce.

Pero entonces esa sonrisa rápido se me borró cuando el teléfono de Tom sonó indicando un mensaje.

-Vaya -dijo mirando la pantalla de su móvil- tienen que disculparme pero tengo que irme. -se puso de pie.

-¿Pasó algo? -pregunté preocupada poniéndome también de pie.

-No nada, un imprevisto -besó mi frente- muchas gracias por la cena, estaba todo riquísimo, y perdón de nuevo.

-No te preocupes cielo, otro día será -mi madre sonrió dulcemente.

-Ven a casa cuando quieras -continuó mi padre.

-Muchas gracias -Tom les brindó una de sus irresistibles sonrisas- luego te llamo Emi. -Yo asentí viendo cómo salía por la puerta a toda prisa.

¿Dónde tendría que ir a estas horas? ¿Sería Chantell quién le envío el mensaje? Los pensamientos inseguros llegaron a mi cabeza como una avalancha destruyendo todo lo que encontraban a su paso.

Tom:

Salí corriendo de casa de Emily, me sabía mal tener que marcharme de la cena pero Matt me había mandado la ubicación de la fiesta y tenía que encontrar al cerdo mal nacido de Rob.

Monté en mi moto y puse rumbo a la dirección que Matt me había enviado, aceleré todo lo que mi moto permitía pues quería llegar lo antes posible a aquella fiesta. Una vez allí me bajé de la moto, quité mi casco y con el colgado de mi brazo caminé hacia la entrada de la casa donde se encontrab Matt esperándome.

-Espero que el gilipollas ese esté aquí -dije cuando me acercaba a él- porque he tenido que dejar colgados a mis suegros con la cena.

-Estará seguro, ese imbécil no se pierde una -contestó Matt- ¿Vamos? -asentí y comenzamos a caminar dentro de la fiesta.

Caminamos dentro de la casa, haciéndonos hueco entre toda la gente la cual ya parecía demasiado ebria y drogada a pesar de lo temprano que era. Buscábamos al tal Rob con la mirada, aunque yo no sé ni porque lo hacía porque no sabía ni el aspecto que tenía. Seguí a Matt hasta la cocina de la casa y allí nos encontramos con un chico de unos veinte y algo años, moreno y un par de cabezas más bajo que Matt y yo. Este se encontraba con dos chicas, las cuales parecía que no pasaban la mayoría de edad.

-¿Qué pasa Rob? -Matt saludo al tipo con un apretón de manos.

Este era el mal nacido ese.

-¿Que hay Matt? -le correspondió el saludo y desvió su mirada hacia mí.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora