Something about you ; TOM KAULITZ(+18)

~Capítulo treinta y ocho~

Eran las once de la noche, me encontraba sentada en el sillón de mi casa dando pequeños toques con mi pie en el suelo, estaba nerviosa. Era la primera vez que iría a una fiesta sin Niky, siempre íbamos juntas a todos lados, como uña y carne. Unos toques se escucharon en la puerta de entrada.

—¡Mamá me voy! —avisé a mi madre mientras me acercaba a la puerta.

—¡Pásalo bien cariño! —gritó desde la cocina.

Abrí la puerta encontrándome con Matt esperando con una sonrisa. Era demasiado guapo para ser sincera, era normal que todas las chicas del instituto estuvieran locas por él.

—Te dije que no te pusieras muy guapa que no quería pelearme con nadie —rió a lo que yo le respondí con una sonrisa mientras negaba con mi cabeza —Toma, ¿has montado alguna vez en moto? —me entregó un casco.

—Si... —los recuerdos de la primera vez que había montado en moto con Tom vinieron a mi cabeza.

Quizás esto no era buena idea, tenía un mal presentimiento. Esto era un señal o quizás me estaba volviendo loca.

—Genial, pues entonces vamos. —se montó en la moto, yo me monté detrás de él y coloqué mis brazos al rededor de su cintura. —La fiesta nos espera guapa. —arrancó la moto y tomamos rumbo a la fiesta.

[........]

Llegamos a la fiesta que era en casa de un amigo de Matt, y en cuanto entramos dentro me di cuenta que no era el tipo de fiesta a la que estaba acostumbrada a ir con Niky.

Caminamos adentrándonos dentro de la casa, Matt iba saludando a la gente la cual eran unos cuantos años mayores que nosotros. Todo el mundo se encontraba bebiendo y bailando, otros besándose por las esquinas y algunos teniendo sexo en el sofá delante de todo el mundo.

Esta gente estaba loca.

Entramos en la cocina de la casa donde se encontraba la bebida, Matt se puso a preparar nuestras bebidas cuando una pareja a mi lado vertió el contenido de una bolsita encima de la isla de la cocina. Comenzó a separar el polvo blanco con un carnet formando filas paralelas, la chica sacó un billete y comenzó a succionar por la nariz con un billete enrollado.

—¿Quieres una? —me ofreció el billete mientras limpiaba su nariz después de aspirar el polvo al ver que los observaba.

—No gracias —sonreí levemente mientras negaba. Esta se encogió de hombros.

—Aqui tienes —Matt me entregó mi bebida— vamonos de aquí anda —yo asentí. Colocó su mano en mi espalda baja indicándome la salida hacia el salón de la casa. —Estas cosas no se ven en tus fiestas eh —rió.

—La verdad es que no —negué— tus amigos son algo mayores que tú. —comenté observando de nuevo la gente de la fiesta.

—En verdad son amigos de mi hermano —pegó un trago a su bebida— la mayoría están en la universidad.

—Oh, entonces, ¿tu hermano está por aquí? —este negó mientras sacaba una cajetilla de tabaco de su chaqueta.

—Mi hermano está en la cárcel —colocó el cigarro en su boca y lo encendió.

—Vaya, lo siento. —agaché mi cabeza avergonzada.

—No te preocupes, él se lo buscó. —se encogió de hombros.

—¿Y por qué está en la cárcel? —le quité el cigarro de la mano y le pegué una calada. Matt rió sacando otro cigarro.

—Puede que algún día te lo cuente. —nuestros ojos se conectaron— tengo que guardarme algún secreto para seguir pareciendo misterioso. —me guiñó un ojo y sonrió. Yo reí ante su comentario.