Dicen que de los mil amores que tendrás en la vida solo hay uno bueno, que te marca.
Emily Meyer llevaba demasiados años enamorada del mismo chico. Tom Kaulitz, el hermano mayor de su mejor amiga.
¿Podrá Emily olvidar su amor por Tom?
Quizas sea T...
Tom volvió a guardar su teléfono, su gesto se había puesto demasiado serio. No dijo ni una sola palabra por su parte, sabía que yo había leído también el mensaje y aún así no dijo nada. Su mirada se desvió hacia mí escritorio, sobre el que se encontraba el ramo de girasoles que el me había regalado en un jarrón con agua, y justo alado estaba el de rosas que Peter me había regalado.
Tom se puso de pie y caminó hacia este, mi mirada seguía atentamente cada uno de sus movimientos.
—¿Por qué sigues teniendo esto? —preguntó señalando el ramo de Peter.
—Es un regalo. —me encogí de hombros.
—Ya casi están marchitas. —tocó las flores —tíralas —agarró las rosas, se giró en mi dirección y señaló el oso de peluche que reposaba en el suelo alado de mi cama. —Y el peluche también.
—¿Por qué? —me levanté de mi cama y caminé hacia el arrebatándole las flores de las manos.
—¿Para que lo quieres? —de su cara seria salió un ceño fruncido. —¿Todavía quieres a Peter?
—¿Qué mierdas estás diciendo Tom? —mi cara era un poema no estaba entendiendo nada. —¿Que coño te pasa?
—¿Que coño te pasa a ti? —su tono brusco me sobresaltó —¿Por qué quieres guardar recuerdos de otro tío?
—Son regalos Tom y si no lo entiendes lo siento mucho. —volví a dejar las flores en su lugar correspondiente. —Eres la persona menos indicada para reclamarme nada. —le miré. Su cara de sorpresa ante mis palabras me hizo dudar si debía continuar con esta discusión absurda.
—Claro, porque tú y yo no somos nada. —se acercó hacia mí. —¿Verdad?
—Exacto —tragué saliva —tu estás con otras chicas y yo ni si quiera te he dicho nada, como para que tú me montes una escena de celos por algo que ya pasó y no puedo cambiar.
—Yo no he tenido ni el mínimo contacto con otras chicas. —negó con su cabeza.
—¿Y chantell? —Tom se quedó en silencio y desvió su mirada, no quería mirarme a la cara en estos momentos. —Eso me parecía. —suspiré sintiendo un nudo en la garganta —¿Sabes? Creo que ya es hora de que te vayas. —me miró rápidamente con cara de preocupación.
—Emi pero yo... —le corté.
—Es tarde Tom. —me acerqué hacia la ventana y volví a abrirla indicándole la salida. —Buenas noches.
Tom caminó hacia esta a paso lento, como si estuviera pensando que decir. Siendo sincera en estos momentos me daba igual sus explicaciones, estaba cansada. Se paró frente a la ventana y giró su cuerpo en mi dirección intentando decir algo, pero no lo hizo. Volvió a salir por donde había entrado anteriormente y su silueta despareció en medio de la oscuridad de la noche.
Cerré la ventana y suspire. Un suspiro que parecía que me desgarraba el pecho, esta incertidumbre de sentimientos con Tom me estaba matando. Tom podía ser la persona más maravillosa y en segundos comerle los celos y convertise en un auténtico imbécil. Caminé de nuevo hacia mi cama y me acosté mirando al techo, con un revoltijo de sentimientos y pensamientos sobre nosotros dos.
Lo mío con Tom nunca iba a funcionar, por más que lo intentáramos.
Quizás éramos demasiado críos aún para intentar entender algo sobre el amor. Pero, ¿acaso llegas a una edad dónde se llega a comprender? El amor era algo complejo, algo sin sentido que te hace perder toda clase de razonamiento cuando se trata de la persona a la que amas.
Que Tom se hubiera puesto tan raro después de recibir el mensaje de Chantell me había puesto con la mosca detrás de la oreja, estaba claro que había seguido teniendo contacto con ella. Y eso era lo raro, Tom nunca seguía teniendo contacto con sus ligues. Eran eso, ligues de una noche y después pista.
Entonces, ¿eso quería decir que Chantel le gustaba de verdad? ¿Tom estaba jugando con las dos?
Siempre serás un mujeriego Tom Kaulitz.
[.......]
El sábado llego más rápido de lo esperado, me encontraba en mi habitación con Niky preparándonos para su fiesta de cumpleaños. Nos estábamos maquillando frente a mi tocador, una alado de la otra mientras manteníamos una de nuestras charlas.
—¿Y estos girasoles? —Niky me miró con una sonrisa. —¿Con cariño: Spiderman? —se echó a reír.
—Un viejo amigo —intenté restarle importancia para que Niky pasará del tema.
—¿Qué amigo? —levantó repetidamente sus cejas —¿Lo conozco?
—No, ya te lo presentaré. —me puse de pie para mostrarle mi disfraz. —¿Y bien, que tal?
—Te ves explosiva, me encanta.
Tom y yo habíamos quedado en disfrazarnos juntos, con temática de Batman ya que la fiesta era de superhéroes. Para que no fuera demasiado obvio que íbamos conjuntados se me ocurrió la idea de ir del villano de Batman, El Joker.
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—Tu también vas guapísima —la abracé —Vas a ser la Catwoman más sexy de toda la fiesta.
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—Espero que no haya ninguna otra, si no, la echaré. —ambas reímos. Sabíamos que en verdad no era broma, Niky tenía que ser la protagonista y no había cosa que más odiara que que alguien llevará el mismo outfit que ella. —Muy bien, vámonos, la fiesta nos espera.
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Hola chiquis, aquí estoy de nuevo.
¿Dónde acabará toda esta situación de Tom y Emily? Osea, yo lo sé, obviamente jajajaja
Pero, ¿vosotros qué creéis? ¿Se arreglarán? 😏
Bueno espero que os haya gustado el capitulo, ya sabéis votar, comentar o compartir.
Os lo agradecería muchísimo.
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Muchísimas gracias por leer y nos vemos en el siguiente cap.
