~Capítulo once~

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Me quedé mirando como Tom dormía, deleitándome con sus perfectas facciones. Debía aprovechar, no se me daría otra vez está oportunidad. Observé sus ojos acompañados por sus cejas, su perfecta nariz respingada, baje la vista hasta sus labios y ahí me perdí. Se veían jugosos, de un rosa totalmente apetecible, con su piercing color plata que me moría por probar.

De repente vi que Tom empezaba a despertarse y mi reacción fue cerrar mis ojos de golpe. Si, me hice la dormida.

—Se que estás despierta. -susurró. Yo abrí un ojo lentamente y vi que el seguía con los suyos cerrados —Buenos días.

—Bue... Buenos días Tom. —tartamudeé. Si lo hice, estaba jodidamente muerta de vergüenza. Se había dado cuenta que lo miraba mientras dormía.

Abrió los ojos por fin y me miró fijamente con una sonrisa. Yo simplemente estaba paralizada, el seguía abrazándome y sonriendo, y yo solo estaba quieta como una idiota.

—Que sepas que roncas. —apartó su brazo con el que me abrazaba, se colocó boca arriba y puso sus brazos debajo de su cabeza —y mucho. —sonrió.

—Yo no ronco imbécil. —le golpeé con uno de los cojines de la cama. El simplemente se echó a reír.

Me levanté de la cama y acomodé mi vestido. Tom seguía en la misma posición observando cada uno de mis movimientos. Caminé fuera de la habitación, mirando al pasillo antes de salir por si había alguien.

Algo estúpido porque era mi habitación y era normal que yo saliera de allí, pero ya saben los nervios.

Fui al baño, cerré la puerta detrás de mí y me miré al espejo. Mi pelo estaba todo alborotado, mi maquillaje algo corrido, no mucho, pero algo si.

Genial, la mejor forma de que me viera Tom nada más despertar.

Me lave un poco la cara, acomodé mi pelo y me dispuse a cepillarme los dientes. Salí del baño y volví a mi habitación con la esperanza de que Tom ya no estuviera allí. Esto ya era demasiado vergonzoso.

Estaba equivocada. Seguía allí, tumbado en la misma posición. No se había movido ni un solo milímetro.

Caminé hacia el armario donde había guardado el día anterior mi ropa, agarré lo que me iba a poner y me giré a mirarle. Estaba sonriendo como un imbécil.

—Emmm... Me voy a vestir. —levanté la ropa que tenía entre los brazos.

—Adelante. —sonrió con burla. Lo miré mal y el rió —Oh vamos, no será algo que no haya visto antes. No me voy a asustar.

—¡Que te salgas de mi cuarto ya enfermo mental! —lo agarré del brazo obligándolo a levantarse de mi cama y lo lleve a empujones hasta la salida.

—Esta bien. —rió saliendo por la puerta —Me lavo los dientes y te espero para bajar. —se giró en mi dirección.— No tardes. —besó mi frente.

Cerré la puerta de un portazo y me deslicé por esta hasta quedar sentada en el suelo. Suspiré mirando a la nada, recapacitando sobre la noche anterior. Intentaba recordar lo más mínimo pero me era imposible.

¿Me había tirado a Tom?

No podía ser que hubiera tenido mi primera vez y no me acordara. Era imposible. Pero... Estaba raro. ¿Habríamos tenido sexo?

Los pensamientos me estaban matando. La incertidumbre de lo que había pasado la noche anterior me comía por dentro.

Terminé de vestirme y me dirigí hacia la puerta de mi habitación. Al abrirla me encontré a Tom de espaldas a mi puerta esperándome cruzado de brazos. Hasta de espaldas estaba buenísimo.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora