Los miembros del consejo se habían reunido inesperadamente, su esposo apenas pudo decírselo aquella mañana. Como reina consorte no tuvo más opción que obedecer, temprano alistó a sus hijos y los llevó a la sala de reuniones.
El rey Katsuki, su esposo, ocupó su lugar en el trono que encabezaba la mesa. Izuku se sentó a su derecha. A la izquierda del rey, la siguiente heredera al trono y su primogénita, una mujer alfa: Natsuki. Junto a ella el siguiente en la línea de sucesión, otro de sus hijos alfa, Hideki; después su único hijo beta, Shiro.
Y junto a Izuku, los más lejanos al trono, comenzando con los gemelos Iku y Yuudai, ambos omegas, luego una de sus pequeñas sin casta Aki. Sobre sus brazos cargaba a la pequeña Ren y en su vientre llevaba al último de sus hijos.
La agobiante reunión comenzó, viejos hombres y agrias mujeres, todos alfas, diciendo las cosas más repugnantes que cualquiera quisiera escuchar. Tuvo que soportar las ganas de vomitar, pero su mundo colapsó cuando un tema importante salió a la luz.
—Los lords han aceptado la propuesta, vendrán pronto para comenzar la justa por la mano del joven Iku.
—¿Cuándo se decidió eso? —habló Katsuki con su tono imponente.
—Majestad, no queríamos importunarlo con algo como esto —habló una mujer—. Pero es necesaria una unión con los reinos del norte, y los lords han aceptado venir, si tenemos suerte quizás incluso se concerte un matrimonio para el joven Yuudai.
Su mirada horrorizada se posó en su esposo buscando consuelo, suplicando que se levantara y les gritara a esos bastardos que no dejaría que algo tan horrible le pasara a sus hijos. Pero Katsuki solo lo miró sin revelar sus emociones, como era de esperarse de un alfa de su estatus; entonces, ante la mirada atónita de los presentes, el rey le concedió a su omega permiso para hablar.
—Mis hijos no son mercancía de la que ustedes pueden disponer —comenzó Izuku apuntando su fiera mirada a sus oyentes.
—Mi reina, sus hijos han mostrado una singular destreza en sus lecciones, crió hijos que serán buenos omegas para cualquier alfa, debe intentar calmarse y comprender…
—¡Son niños, mi Iku apenas tiene trece años!
—Majestad, usted tenía menos cuando se concertó su matrimonio —habló otra mujer alfa.
—No significa que yo no estuviera aterrado por ello —dijo en voz baja, dedicando una mirada a su alfa—. De cualquier forma, no me interesan esos lords, no dejaré que le pongan un dedo encima a mis hijos.
—¿Está dispuesto a enfrentar las consecuencias, mi reina? ¡Una guerra es lo que nos espera si no aceptamos una alianza!
El alfa que gritó arrojó su copa contra el muro, con la intención de asustar al omega y hacerlo volver a su sitio, como debió hacer el rey cobarde que dejó hablar a un omega en primer lugar.
Lo que obtuvo en respuesta fue un gruñido feral del omega.
—Pues una guerra tendremos, pero les advierto, que mataré a cualquier bastardo que se atreva a intentar poner sus manos sobre mis hijos…
La reina demostró una vez más su valía, gruñendo ferozmente a todos los alfas que lo miraban con recelo. Y cuando uno de esos miembros del consejo se atrevió a desafiar al omega, tuvo que bajar el cuello como un mugriento perro por el gruñido de advertencia que lanzaron Natsuki, Hideki y Shiro.
—Mi reina ha tomado una decisión —proclamó Katsuki—, ahora, no me importa si tienen que ofrecer sus malditas cabezas para reparar su error, no quiero a esos lords en mi territorio. No habrá matrimonio alguno, ahora, larguense.
El rey gruñó bajo, los alfas temblaron en su sitio, no solo por la imponente presencia de su rey, sino, por las fieras miradas que les dirigían toda la familia real, tres alfas, un beta y un omega que de indefenso y débil no tenía un solo pelo.
—Ya escucharon al rey, larguense —ordenó Izuku, y en un chasquido, su orden se cumplió.
Cuando el aroma de los alfas fue opacado por las feromonas omega, los más pequeños de la familia real parecieron salir de un trance. Pues al escuchar sus nombres de la sucia boca de otro alfa que no era su padre o sus hermanos, Iku y Yuudai se sumieron en el miedo y la desesperación, por suerte, su madre estaba ahí para salvarlos.
Su madre los salvaría de los monstruos bajo la cama, los protegería de las inclementes tormentas, y daría su vida para protegerlos del terrible destino que tenían los omegas en su época.
.
.
.
En la edad media la gente hacía cosas muy extrañas... Y yo lo voy a aprovechar :)-D.K.
ESTÁS LEYENDO
KatsuDeku [One-Shots]
FanfictionPues lo que dice el título, este espacio estará dedicado a pequeñas historias de uno o dos capítulos solo para el precioso wonder duo. Aviso que habrá de todo un poco así que no me funen porfa, si el yaoi no es lo suyo pasen de largo. Los personajes...