KatsuDeku [One-Shots]

Matrimonio arreglado

Este escrito es parte de un evento de facebook #ChristmasWedding :) espero que les guste.

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Sabía desde hace mucho que las cosas un día serían de esa forma. Si bien haber firmado aquel contrato salvó su vida y lo sacó de la miseria, ahora pensaba que de cierta forma le había vendido su alma al diablo.

Tan solo tenía dieciséis años cuando ese agente lo buscó para iniciarlo en el mundo del modelaje y la actuación, había recibido muchos halagos por su belleza sinigual, por ello había llegado muy alto en su carrera. Pero la vida de fama, el éxito, todo lo que tenía ahora dependía de algo que le resultaba aberrante, iban a hacer de él una esposa trofeo.

Era un omega reconocido en todo el mundo, su matrimonio repentino pondría todos los reflectores sobre él, por eso lo eligieron.

Había un hombre que se dedicaba a la política, buscaba ser gobernador de su prefectura, pero era conocido por su trato brusco, hasta grosero según informaban los medios, incapaz de sobrellevar una relación seria a sus casi treinta años, por ello los votantes no lo veían con buenos ojos. Un matrimonio con un omega tan dulce y agradable como Izuku pondría a todos a pensar que quizás su candidato a gobernador no era del todo un monstruo. 

El omega estaba pensando si de verdad valía la pena hacer algo como eso con tal de conservar su estatus, ¿en serio se vendería como una mercancía con tal de seguir con ese estilo de vida?, ¿y de negarse, qué les pasaría a él y a su madre?

Un tirón en su corsé lo sacó de su ensoñación. Estaba en la cima de tres escalones, frente a tres grandes espejos, de esa forma podía ver su vestido desde todos los ángulos. Por supuesto iría de blanco, luciría un vestido de esponjosos olanes, con escote en forma de corazón que dejaba casi descubierta su espalda, de no ser por el corsé de listones que se ataba por detrás.

La mujer que lo ayudaba le puso una tiara con un velo, entonces se apartó suspirando de emoción tal como el resto de quienes lo acompañaban.

—¡Ese es perfecto!, ¡te ves divino! —celebró su mánager, Kiruka.

—¡Es precioso, Izuku! —gritó su mejor amiga, Ochako.

—Sí, es bonito… —respondió por cortesía, aunque pensó qué ese vestido sería el ideal si tan solo estuviera casándose por amor y no por contrato.

—Cielos, tienes que quitar esa expresión el día de tu boda —se quejó su mánager—. Piensa en la luna de miel que vas a tener en el caribe o las Islas Maldivas, a ver si eso te quita lo amargado.

Kiruka guió a la diseñadora para afinar los últimos detalles de su contrato, cumplió con diseñar y coser el vestido junto con los dos velos que Izuku debía usar, así que eso era todo.

Solo el par de amigos se quedaron en la sala, observando de forma enigmática aquel precioso vestido que sin duda desencajada con la expresión desolada que tenía en el rostro la futura novia.

—Solo cuatro años…, eso dura su mandato, puedes resistir, Deku —murmuró su amiga.

Habían hablado de ello el mismo día que Izuku firmó su sentencia, después del falso matrimonio quizás podría divorciarse, sería un escándalo por supuesto, pero volvería a ser libre, solo tenía que resistir lo suficiente.

—Cuatro años… —suspiró cuando aún luciendo su hermoso vestido sus lágrimas inundaron sus mejillas.

[...]

Aquel día de sol radiante y brisa fresca la algarabía inundó las calles de la ciudad. En la catedral más ostentosa de la región tendría lugar la boda del siglo, el candidato a gobernador, Katsuki Bakugo desposaría al supermodelo Izuku Midoriya.