En alguno de los libros que leyó, decía que una vez que tomaban a sus pequeños entre sus brazos las mamás aparecían, son personas dulces y amables, quienes te cocinan algo rico cuando estás triste, quienes dan besitos en tus heridas si te caes, te abrazan cuando hay truenos, te cantan bellas canciones y te leen un cuento antes de dormir.
A sus cortos cinco años no podía entender las burlas de los niños de su salón de clases, ellos dijeron que no tenía mamá, la llamaron huérfana, y no podía entender del todo.
Aquel día como era costumbre bajó a desayunar luego de lavarse la cara, no tenía escuela, así que tendría todo el día para pensar y quizás tomar valor para preguntar sobre eso que tanto le molestaba.
Kacchan estaba sentado a la mesa, con una taza de café en la mano y su teléfono en la otra; Deku estaba frente a la estufa cocinando algo.
—Buenos días —saludó mientras tomaba su lugar junto a Kacchan.
—Buenos días Eri —respondieron los dos héroes al unísono.
El héroe explosivo, que casi pierde un brazo cuando intentaba rescatarla en aquella lejana misión, acarició sus cabellos rebeldes, Deku se apartó por unos instantes de la sartén solo para dejar en su frente un beso.
—¿Dormiste bien? —preguntó Deku cuando volvió a la estufa—, te escuché en la noche, ¿estabas teniendo una pesadilla?
—Sí…
—Sabes que puedes despertarme si tienes miedo, te ayudaré a dormir con un cuento, o con leche caliente…
—No quiero molestar… —murmuró ella escondiéndose contra la silla.
—Me molesta más no poder ayudarte, Eri —interrumpió Izuku acariciando su cabeza con dulzura. El héroe puso frente a la pequeña un plato con panqueques cubiertos de miel y un par de fresas decorandolos, eso borró todo rastro de tristeza, una sonrisa brillante iluminó su rostro.
Los héroes observaron a la pequeña con sonrisas cálidas, poco a poco Eri estaba acostumbrándose a vivir de nuevo con una familia, después de los años que había pasado siendo una marioneta para los villanos del bajo mundo.
Izuku suspiró aliviado viéndola comer, por fin la pequeña podía tener el asomo de una vida normal, luego de que temporalmente borraran su quirk, hasta que tuviera edad suficiente para aprender a controlarlo. Lo que en conjunto habían decidido que sería hasta que cumpliera al menos diez u once años.Entonces volvió su atención hacia su testarudo esposo explosivo, quien estaba huyendo de su mirada fingiendo revisar las noticias en su teléfono.
—Voy a llamar a un plomero, Kacchan, te guste o no —dijo con fiereza, mirando a su esposo de una forma fría, Eri sabía que eso significaba que estaba enojado.
—Puedo arreglarlo yo, maldita sea —renegó Katsuki, callándose en el instante en que la mirada de Izuku se volvió amenazante.
Katsuki Bakugo, el gran Dynamight dios de las explosiones asesinas, estaba advertido sobre soltar malas palabras en presencia de Eri.
—Amor —dijo fingiendo un tono tranquilo—. Yo puedo arreglar la tubería, mañana tengo el día libre, así que lo haré mañana.
—Cariño —renegó Izuku en el mismo tono—, ni siquiera tú puedes hacerlo todo, prefiero gastar mi dinero en un profesional a verte estropeando el drenaje del todo el edificio.
—¡Izuku, hijo de pe-!
—¡No te atrevas a terminar esa oración, Katsuki Bakugo!
—Si el plomero arregla la tubería… ¿Podríamos visitar de nuevo el parque en tu día libre, Kacchan? —murmuró Eri, interrumpiendo a los dos adultos que parecían querer saltar sobre el otro.
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KatsuDeku [One-Shots]
FanfictionPues lo que dice el título, este espacio estará dedicado a pequeñas historias de uno o dos capítulos solo para el precioso wonder duo. Aviso que habrá de todo un poco así que no me funen porfa, si el yaoi no es lo suyo pasen de largo. Los personajes...