Infierno rojo

1.6K 167 18
                                    

La vida está llena de injusticias, es una mierda, aunque a veces es bromista, trae cosas inesperadas y eso la hace muy bella.

Aquello sucedió de una forma extraña, el camino estuvo lleno de baches, pero al fin se hizo realidad. Le dió un anillo de diamantes un día, tiempo después le compró un vestido blanco y lo llevó al altar. Su ahora suegra había llorado a mares el día que le anunciaron su matrimonio, su suegro estaba hirviendo de ira, aunque ninguno podía hacer nada al respecto.

No cuando el honorable oficial de policía Hisashi Midoriya estaba metido hasta el cuello en sus negocios sucios, tanto que un mal paso o alguna palabra mal escogida le costaría la vida a él y a Inko. Entonces, cuando su pequeño e inocente Izuku dió el sí a esa primera cita su futuro quedó sellado.

Nunca pensó que habría en él un rastro de bondad. Fue un asesino desde que tenía edad para sostener un arma. En él no había espacio para la piedad, esa era su realidad, matar o morir.

Su madre, Mitsuki Bakugo, fue la líder criminal más temida de Japón, cuando ella fue asesinada él tomó el lugar que le correspondía, se convirtió en un monstruo que derramaba sangre a su paso, era el rey asesino, el yakuza más temido de oriente: Katsuki Bakugo.

Él que vivía con las manos perpetuamente manchadas de sangre, ahora sostenía con dulzura un rostro angelical. Del único en el mundo que lo miraba de una forma tan bella, que lo hacía pensar por momentos que la vida no era una completa mierda.

Izuku, su esposo, sostuvo sus manos con ternura, regalándole una sonrisa que brillaba como el halo de un ángel.

—Te amo, Kacchan.

—No me basta solo con decirte que yo también te amo —respondió serio.

—Entonces no lo digas, ven y muéstrame.

El yakuza obedeció, se inclinó sobre su esposo y lo besó con ternura, de forma delicada y dulce, sintiendo que podía fundirse con ese momento. Su esposo lo envolvió entre sus brazos y Katsuki se aventuró a colarse entre sus piernas.

—Espera… déjame descansar un momento, Kacchan…

—Ya descansaste suficiente, amor —respondió el yakuza, besando su cuello. Dejó a un lado su romanticismo para volver a sumirse en su lujuria.

—No, me duele…

—¿Una vez más y ya? —pidió Katsuki.

Izuku lo miró, divirtiéndose un poco con la forma en que ese hombre peligroso y sádico le suplicaba, cuando fácilmente podría someterlo. Aunque no lo diría esa era una de las cualidades que amaba de su Kacchan.

—Está bien, una vez y ya, pero luego vamos a dormir —cedió finalmente.

Su esposo lo besó suavemente, para luego agradecerle. Apenas tuvo tiempo de tomar aire antes que Katsuki comenzará la quinta ronda de la noche, aunque conociéndose mutuamente sabían que su noche pasional estaba muy lejos de terminar.

Aún con todo lo que los rodeaba y con el peligro al que estaban expuestos, solo una cosa era segura, aunque Katsuki perdiera los brazos en el camino, jamás dejaría que lastimaran al amor de su vida, a su esposo que por amor se quedó con él en ese infierno rojo.

.
.
.
Aquí amamos a Katsuki como yakuza

KatsuDeku [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora