CAPITULO 20

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Las Vegas - Nevada.

Despierto por el insistente ruido en la puerta así que abro los ojos notando por el balcón de mi habitación que es de noche, tomo mi teléfono y veo la hora, 7:30pm, me levanto y abro la puerta encontrándome con Damon.

—¿Te desperté?—me mira apenado—. Tendremos una cena con uno de los socios, te espero abajo—asiento y se va dejándome sola.

Aprovecho de bañarme y cuando salgo me coloco un vestido ceñido al cuerpo color negro con lentejuelas, con escote de corazón, la espalda abierta y manga larga, mis tacones negros. Me maquillo quedando conforme, meto mis cosas en una cartera blanca, me tomo una foto en el espejo del baño y de la mando a Dimitri, salgo encontrándome con Damon en un traje negro que le queda perfecto y Madeline a su lado con un vestido que le queda espectacular.

—Vamos.

Nos metemos en el Mercedes de Madeline y recorremos un rato la cuidad hasta que nos detenemos en un semáforos, voy en la parte de atrás así y cómo va descapotable el auto veo un póster en el strips donde anuncian una pelea de boxeo, Damon ve mis intenciones de preguntar así que se me adelanta.

—Será la pelea del siglo según muchos pero el Chicano Méndez, quien es uno de los participantes será destrozado por el Carnival Jenkins quien tiene años en esto y es una máquina del boxeo, según el público Chicano no llegará ni al segundo round ya que no está bien preparado para esta pelea—asiento.

Llegamos al restaurante cinco estrellas donde los hombres de Damon nos abren las puertas y nos ayudan a bajar, entramos y nos encontramos con un señor que se levanta cuando nos ve.

—Cuñada él es Rider Casillas—me lo presenta Damon y el hombre me ofrece su mano—. Mexicano y uno de los nuevos compradores.

—Un placer—responde este.

—El placer es mío—le acepto la mano—Irina Volkov, esposa de el Zar Dimitri Volkov y dueño de la FHMR.

Nos sentamos y ordenamos, llega la comida y pasamos la cena entre charlas triviales y hablando un poco sobre la pelea de box.

—Queremos que alguien sea el conejillo de Indias, el que pruebe la droga.

—No se preocupe, nos encargaremos personalmente de eso—anunció y Damon asiente.

—¡Por los negocios!—Rider levanta su copa en nuestra dirección haciéndonos repetir su acción.

—¡Por lo qué pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas!—añade Damon.

—¡Por la pelea del siglo!—le sigue Madeline haciéndonos sonreír.

—¡Salud!— decimos unísonos para beber la rica champagne que pedimos.

Luego de terminar de comer decidimos caminar y recorrer un poco las atracciones de Las Vegas, invitación del mexicano, caminando por las calles reímos y charlamos.

—¿Por qué no vamos a brindar?—pregunta el mexicano.

—¡Si vamos!, Que ahora es que nos sombran motivos para brindar.

—Si, por los negocios y por el gusto de tener a estas bellas mujeres de frente, bellas... ¡buenas!, malas como su puta madre pero sobre todo ¡inalcanzables!.

Madeline y yo nos reímos por el comentario del mexicanos y no le tomamos mucha importancia ya que sabemos que esta borracho. Y tenemos que tenerlos contento lo más que podamos para que se pueda hacer el negocio de la mejor manera.

—¿Entonces nos vamos a enloquecer?—pregunta Made haciendo asentir a su novio.

—¡Si conejita porque estamos en la ciudad de las segundas oportunidades!—responde Damon riendo

Amor color carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora