CAPITULO 21

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Las Vegas - Nevada.

  Para cuando me despierto todavía me sobra tiempo así que me doy una ducha y cuando salgo me coloco un pantalón de cuero, una camiseta negra sencilla y unos botines de tacón negros, tenemos que pasar desapercibidos así que por eso todo es de ese color, dejo mi cabello suelto y solo retoco un poco el rubor y el labial, meto un arma detrás de mi espalda y la mía la llevaré en la mano así que no la tomo todavía, meto unos cuchillos pequeños en mis botines me pongo el cinturón que es donde tengo algunas granadas y bombas de humo, entre cartuchos y otras cosas, tomo mi teléfono, me coloco encima una chaqueta, mi arma y salgo.

  Damon me está esperando en la sala junto a Madeline para preparan todo para esta noche, ambos también llevan ropa negra y sus armas, junto a todo lo demás que llevarán. Tomó asiento frente a ellos y Damon comienza a explicar.

—A donde llegaremos será un hotel, donde se hará la reunión donde unos duros les comprarán mis armas a quien me las robó. El plan es que Irina junto a Kirill se meta por el ducto de ventilación y puedan llegar a la sala donde se hará la reunión, me darán la señal y yo junto a Madeline entraremos con los hombres, ustedes bajan y entre los tres haremos la masacre más grande de Las Vegas hasta que nos dé lo que nos pertenece. ¿Entendido?—Madeline y yo junto a todos sus hombres asentimos entendiendo todo el plan—. Todo llevaremos chaleco antibalas, dónde Irina llega con un rasguño a Rusia Dimitri me prohíbe la entrada y tengo que ir a ver a mis sobrinos crecer cuando los tengas—todos comenzamos a reír y varios de sus hombres comienza a repartir los chalecos y el auricular de seguridad—. Los quiero a todos atento, ¡ let's go!.

  Nos ponemos en marcha luego de ponernos los chalecos y el auricular, nos montamos en las camionetas y en menos de media hora estamos en el hotel. Cuando llegamos me encamino con Kirill a los ductos por el área de la lavandería, cuando ya estás dentro caminamos hasta estar en los pasillos, el espacio el reducido y el calor que hace es impresionante, puedo ver a los hombres que cuidan la espalda de sus jefes.

—Se llevarán una gran sorpresa Irina—susurra Kirill a mi lado y yo asiento de acuerdo.

—No saben lo que les espera—susurro de vuelto y seguimos caminando por el ducto.

—Mi señora vaya usted por aquel camino—me señala el de mi derecha—. Yo iré por el aquel—me señala el que tenemos de frente y asiento—. Recuerde que es la última rejilla donde será la reunión, mira hacia abajo y ahí estarán, espere mi señal.

—¿Tiene su sistema de comunicación activado?—pregunto y se lleva la mano al aparato para comprobar.

—Aló, aló—le confirmó que lo escuchó—. No pierda tiempo, vaya.

—Muy bien—se pone en marcha al igual que yo y mis rodillas ya duelen de tanto gatear pero sigo hasta llegar a la última rejilla. Al estar en la última rejilla puedo ver a varios hombres sentados al rededor de una gran mesa haciendo negocios.

—!Señores, vamos a negociar como amigos!.

—¿Amigos?, ¡si claro!, ¡como no!—susurro con sarcasmo pero antes de poder seguir viendo tengo el cañón de un arma detrás de la cabeza, alzo las manos en modo de rendimiento y escuchó su voz.

—¿Como quiere que la llame?, ¿Irina Volkov?, ¿Sokolova?, ¿Fugitiva de la ley?, ¿Zar?, ¿Pequeña? Como lo hace su esposo o ¿Perséfone?—susurra en mi oído haciendo poner la piel de gallina ante la mención de mi apodo como sicaria.

—¿Usted que está haciendo aquí poli?—chillo con molestia.

—Es una reunión de duros—me informa cómo si yo no lo supiera y me río en voz baja ya que seguimos susurrando para no ser descubiertos—. Y yo soy agente, no le dé risa—advierte—. Los voy a encarcelar a todos, porque por mi usted sigue aquí, porque no he tenido la oportunidad de arrestarla.

Amor color carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora