CAPITULO 56

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Luego de llegar con Dimitri a la mansión y contarle todo lo sucedido decidí que lo mejor era aceptar la propuesta de una casa nueva, la CIA cada vez está más cerca de nosotros y cada vez estamos más acorralados, no queremos que en el momento menos esperado puedan localizarnos.

—Aceptó la propuesta de la nueva casa—sonríe levemente—. Pero la construiremos a nuestro gusto.

Asiente y comienzo a contarle mis idea para la construcción ya que también tenemos que buscar a alguien de confianza para que comience con este trabajo, no cualquiera será indicada o indicado ya que será nuestro hogar, no cualquier cosa, mis mellizos y futuros hijos crecerán ahí y pienso hacer de su infancia la mejor.

—No tienes de que preocuparte— me besa la frente—. Yo me encargo.

Sale dejándome en la soledad de nuestra habitación, me gusta verlo feliz y sé que está nueva casa será un nuevo comienzo para ambos, dejando atrás toda esa oscuridad que nos arrastra y todo esos malos acontecimientos, espero que esta nueva etapa solo vengan cosas buenas. Escuchó unos toques en mi puerta y Alice entra, sonríe.

—¿Puedo pasar?—pregunta desde la entrada y asiento.

—¿Necesitas algo?—pregunto—. ¿Estás bien? ¿Te sientes cómoda?

—Si, todo está en orden—dice y llega hasta donde mi para sentarse a mi lado.

La observo, Alice es bella, se parece más a mi madre que yo, tiene ciertos rasgos asiáticos; nuestra madre siempre decía que era por nuestra familia lejana, es de contextura un poco más regordeta que la mía pero sigue siendo flaca. Su largo cabello negro le hace relucir su tono de piel, sus definidos pómulos los cuales están marcados en una sonrisa mientras ella le habla a mi bulto me hacen un lío la mente.

¿Que esconde?

Es cierto lo que dice mi esposo, no conozco a mi hermana a pesar de que es mi familia, Alice es calculadora y fría, no tanto como yo pero si en algo nos parecemos es que ambas matamos a sangre fría sin remordimiento, sus conocimientos son asombrosos y lo que tiene de linda, lo tiene de inteligente. Pienso que no creo que sea tan idiota para ocultar algo pero sé que es muy reservada y ambiciosa y quizás si lo haga. Hay dos clases de locuras:

1• La que no te deja pensar y te hace hacer cosas locas, como por ejemplo, cambiar el precio acordado.

Y luego está:

2:La locura lúcida, que son los trastornos de la personalidad y sus distintas variantes que por momentos, desarrollan unos comportamientos que muestran una cara distinta a la que se les conocía antes pero aún así siguen teniendo un claro razonamiento.

Quizás Alice siempre nos ocultó a todos algo y se escondía detrás de una máscara la cual nunca nos hizo sospechar algo. Pero sigue siendo mi hermanita, tengo que aceptar que a la hora de hablar sobre mi familia soy débil, odio esa parte de mi. Quiero creer que mi hermana no es quien dice ser pero ese sentimiento de familia me lo impide.

—¿Todo bien?—pregunta sacándome de mis pensamientos y yo sonrió levemente.

—Todo en orden.

—Deberíamos ir a almorzar juntas hoy—murmura—. Día de hermanas.

—Me vendría bien—concuerdo.

—¡Genial!—se levanta para irse voltea antes de salir—. Te espero en cinco minutos abajo.

Se va y yo preparo mi cartera para irme, al bajar Alice ya me espera en el auto con Kirill y su guardaespaldas en compañía, cuando llegamos a un restaurante ambas bajamos, al ubicarnos en nuestra mesa pedimos la carta. La observo de vez en cuando y está solamente no para de sonreír.

Amor color carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora