CAPITULO 39

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Desde la muerte de mamá el olor a hospital me repugna. El olor a lejía, desinfectantes e incluso el olor a medicina me recuerda malos momentos en mi vida donde no quisiera regresar pero aquí estoy, reviviendo esos peores momentos. El camino al hospital fue muy silencioso ya que no dejaba de pensar en mi padre, Dimitri intentó curar la herida de mi brazo pero se lo prohibí. No dejaba de pensar en que a pesar de que odio a mi padre no quiero que muera, sé que no tenemos una buena comunicación como también sé que tampoco se ganará el premio al mejor padre pero aún así lo es, es mi padre joder y nada lo cambiará, se me viene flashbacks que me dejan paralizada ya que son momentos que al parecer mi cerebro por alguna razón bloqueó.

Flashbacks

—¡Ya basta papi!—grito sin parar de carcajear, mi estómago duele y mi madre no deja de reír mientras acaricia su barriga ya de siete meses—. Vomitaré.

—¡Oh por Dios Serguei!—riñe mamá—. Harás vomitar a Irina.

A mi padre parece importarle poco ya que sigue dándome vueltas en el aire como un avión. Su sonrisa es tan brillanté como un diamante, nunca hace esto, el no suele ser cariñoso solo qué hay momentos donde al parecer llegar de buen humor o solo viene borracho.

Nos hace caer en la gran cama que está en su habitación sacándonos una carcajada a todos, me toma de las brazos hasta estar a su altura y a la de mamá, nos abraza a ambas besando nuestra coronilla.

—Las amo joder.

—¡Esa boca serguei!

—¡LAS AMO CARAJO!—nos besa las regordetas mejillas—. A TODAS USTEDES.

Ambas nos carcajeamos cuando nos hace cosquillas, seguimos así por horas hasta que mi padre me lleva a mi habitación para mi siesta. Me arropa para luego darme un beso de buenas noches.

—Te amo hija.

—Te amo papi.

—Nunca lo dudes—pide—¿Pinky promise?—me da su dedo meñique, rio. Solemos hacer ese juramento desde que era muy chica, lo vi en una película y desde ese día obligó a mi padre a hacerlo.

—Pinky promise—cierro mi dedo al rededor del suyo haciendo válida la promesa.

—Descansa—dice sonriendo.

—Descansa papi.

Lo veo irse y una solitaria lagrima se escapa ya que se que mañana todo será distinto, que todos estos momentos son fugaces y jamás duran mas que un par de horas.

                               Fin del flashbacks

Las lagrimas no dejan de correr por toda mi cara y me lanzo a los brazos de mi esposo que me reciben como siempre, su calidez hace que quiera llorar más.

—¿Es muy hipócrita de mi parte no querer que muera?—pregunto—. Ha sido un mal padre desde que tengo memoria pero aún así no puedo negar que tuve uno que otro momento bonito a su lado, igual no deja de ser mi padre ruso.

—Lo sé pequeña y lo entiendo—trata de reconfortarme—. Esperemos que todo salga bien, no saquemos conclusiones apresuradas.

—Tienes razón—digo mientras limpio mis lagrimas.

Al llegar al hospital soy la primera en bajar, corro hasta la habitación que Dimitri me había dicho que estaba mi padre, llego y en la entrada se encuentra Alice abrazada a su guardaespaldas mientras llora, esta desecha y no la culpo, ella ama a su padre sin importar que, me fuera gustado ser tan compresiva como ella aunque tengo que admitir que mi padre ha sido el mejor papá que tuvo Alice, ella si tuvo un padre, ella si tuvo el padre que yo no.

Amor color carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora