Dimitri Volkov.Intento moverme pero es que simplemente mis brazos no responden, intento hablar pero mi boca no coordina, mi desespero me gana he intento que mis sentidos reacciones. Me encuentro amarrado a una silla, sin poder moverme, voy vestido y es algo que me alivia. Escuchó uno pasos, lejanos pero siguen siendo pasos. Se intensifican cada vez más hasta que una figura se poza frente a mi, no puedo verla gracias a que todo a mi alrededor se encuentra oscuro, quiero hablar pero mi boca parece estar cocida.
¡Ayuda maldición!
De la nada aparezco desamarrado y en un pasillo que reconozco como la palma de mi mano, mi casa, aquella casa en la que me crié, aquella casa donde crecí y no tengo ni un solo recuerdo bonito, aquella casa donde no hice nada más que pasar momentos amargos. Camino hacia mi habitación, voces provenientes de él me llaman la atención. Me paralizo con lo que veo, mi padre y yo charlando. Este se encuentra arrodillado fuera de la cama mientras que yo estoy acostado a punto de dormir.
—Tienes que recordar siempre quien eres D recuerda siempre de lo que estás hecho hijo—suspira mientras pasa su mano repetidamente por mi cabello—. Nadie más que tú podrá gobernar mejor la Bratva.
—¿Y si no lo hago bien papi?
Menudo idiota... pienso viendo la escena.
—Lo harás mejor que yo, ya verás—sonríe—. Todos se arrodillarán ante ti D y tienes que demostrar quien manda, eres digno de llevar el apellido Volkov.
El mini Dimitri asiente.
—Es hora de dormir, descansa—besa mi coronilla—. Te amo hijo.
—Descasa papi.
El Dimitri de cinco años duerme feliz porque su padre sacó un segundo para darle las buenas noches, no solía hacer eso con frecuencia pero no me disgustaba cuando lo hacía, veo a mi padre observarme con lastima y amor.
—Perdóname—susurra para salir por la misma puerta donde me encuentro.
Mi corazón está acelerado, quiero seguir indagando pero no logro moverme ya que aparezco en un escenario completamente distinto, me encuentro en el centro de Moscú, frente a la gran plaza, se me eriza la piel al recordar estas calles. Veo venir un auto que conozco muy bien, va conduciendo en una velocidad normal hasta otro auto que salió de una vía equivocada choca con este, el auto de mi padre sale volando mientras rueda unas cuantas calles atrás, veo la escena en cámara lenta y quisiera decir que estoy bien pero en realidad no, nunca pude estar con mi padre el día del accidente que tuvo en el que perdió la vida, llegue tarde ese día ya que estaba regresando de un viaje, el verlo ahora solo me deja con millones de dudas en la cabeza.
El auto para quedado en mil pedazos, mi padre logra salir del auto y yo intento acercarme pero veo a alguien bajar del auto que lo atropello. Quedó impactado por lo que veo y aunque quiero moverme no puedo, parece que me fueran pegados los pies al pavimento y aunque lucho por moverme es inútil. Esta persona se acerca al auto de mi padre y este logra salir tosiendo por el hubo que bota el auto, mi padre tose sin parar arrastrándose para lograr salir pero esta persona le impide la salida con su presencia, mi padre lo mira con desprecio y rencor.
—¡Eres un hijo de puta Alexei!—susurra mi padre con sus pocas fuerzas—. ¡Siempre dude de ti!
—¡Oh por Dios!—Ironiza—. No hablas esto Andrei, no malgastes tus pocas energía en hablar estupideces, no lo valgo.
—¡No vales nada!
—Aún así morirás en mis manos—sonríe.
Mi padre trata de levantarse pero Alexei no se lo permite. Sonríe sacando su arma, disparándole, la sangre salpica el pavimento y trato de gritar pero estoy mudo, quiero moverme que no se que mierda no me lo permite.
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Amor color carmesí
RandomMentiras, secretos, muertes, poder, alianzas, un matrimonio arreglado, guerras, odio y muchas cosas por contar. Un Zar. Una asesina. Un agente de la C.I.A. Una mala decisión cambió la vida de todos ¿Para bien? Nadie mas mejor que ellos mismos para a...