Brasil ha sido el mejor lugar para poder despejar la mente, quisiera quedarme aquí y rehacer una nueva vida con Dimitri aún que se que no es posible. Visitas las favelas me hizo dar cuenta que deberíamos agradecer lo que tenemos y que no todo en esta vida es color de rosas. Luego de que llegáramos de nuestro paseo siento que estallaré de la ira por la estupidez de Dimitri de prohibirme tocarme pero solo coloco mala cara y a darme una ducha sola, caí como piedra al tocar la cama, no pensé que un paseo pudiera cansar tanto aún estos últimos días me he sentido más cansada de lo normal, he tenido arcadas y mucho sueño, pienso en que pesqué un resfriado o estoy a nada de enfermarme, saco todos esos pensamientos.Al despertar estoy en el pecho de mi esposo el cual duerme plácidamente con su mano metida entre mis senos, trato de levantarme con el mayor cuidado de no despertarlo, tomo una ducha y al salir me coloco un enterizo corto rosa palo con uno tenis blancos, en este viaje decidí no usar tanto mis tacones para dejar descansar mis pies un tiempito. Me arreglo tranquilamente y para cuando termino tomo mi celular para llamar a Alfonso antes de que Dimitri despierte.
Llamada entrante.
—Ola, ¿quem fala?—dice al contestar.
—Irina—respondo, hablan perfectamente el ruso así que no es problema comunicarnos, al igual que yo el portugués.
—Hermosa ¡que gusto saludarte!, ¿en que podemos ayudarte?
—¿Podrían llevarnos hoy al Cristo Redentor? Queremos turistear un poco—miento.
—Por supuesto que si, para ustedes lo que sea—sonrío—. Pasamos en quince minutos.
—Gracias.
Al colgar voy a despertar a Dimitri, trato pero no se mueve, cuando logro que abra sus ojos me mira con cara de pesar que casi sonrío.
—Levántate.
—No—gruñe—. Déjame dormir mujer.
—Alfonso y Adriano nos llevarán al Cristo Redentor así que ve a bañarte.
—Te odio.
Se levanta a regañadientes para cinco minutos así con un atuendo relajado para el largo día que tendremos, pasan los minutos y recibimos la llamada de Adriano avisando que nos esperan abajo. Salimos y montándonos en la moto para tomar marcha. Nos tomamos fotos en varios lugares donde hacemos paradas y comemos helados por el camino. Visitamos el Cristo redentor el cual es más grande que en todo, está un poco lleno pero poco a poco las personas se va dispersando. Compramos entradas para subirlo ya que dentro del Cristo hay escaleras para subirlo e ir viendo la vista de Río de Janeiro desde diferentes partes de la estatua. Caminos por varios minutos, mis pulmones y piernas no pueden más pero cuando estoy por darme por vencida Adriano nos informa que estamos en una de los brazos, nos asomamos por una pequeña puerta que se encuentra del lado de arriba para que las personas puedan sacar su cuerpo, Dimitri y yo lo hacemos admirando la hermosa vista.
El día esta nublado pero nada que no se pueda solucionar, siento que alguien me mira y volteo mi cara atrapando a Dimitri mirándome de una manera que no puedo expresar, coloca una de sus manos en mi cara mientras la otra toma mi cintura para atraerme a su pecho, cuando choco con este miro hacia arriba ya que mi altura no me ayuda mucho, me mira sonriente y es ahí cuando me doy cuenta que a la única persona a la que Dimitri le da una sonrisa verdadera y genuina es a mi, le sonrío de vuelta sonrojándome y este inclina para besarme, siento un flash detrás de nosotros pero no le damos importancia, me besa sin importar qué o quién, jadeo y nos separamos sonrientes, volvemos a sentir el flash pero seguimos embobados uno con el otro, escuchamos un carraspeo que nos hace reír.
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Amor color carmesí
RandomMentiras, secretos, muertes, poder, alianzas, un matrimonio arreglado, guerras, odio y muchas cosas por contar. Un Zar. Una asesina. Un agente de la C.I.A. Una mala decisión cambió la vida de todos ¿Para bien? Nadie mas mejor que ellos mismos para a...