CAPITULO 25

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Dimitri Volkov.

Desde el día que recibí esa llamada de mi esposa mientras se despedía de mi, repitiéndome millones de veces que me amaba mientras guindaba de un piso 24 de hotel no volví a ser el mismo. Sé que era su trabajo y que no debería preocuparme ya que Irina es la mejor en lo qué hace pero desde que nos casamos e tenido ese sentimiento de protección con ella, no quiero ser viudo tan joven y con poco tiempo de casado, a demás de que a Irina y a mi nos falta mucho por vivir. Luego de eso mi pequeña tiene pesadillas, está no quería que supiera pero aún así lo supe, sé que no son de ese día, sé que se trata de otro tema que ella no quiere tocar y la entiendo; le daré su espacio hasta que ella esté completamente segura de quiere contarme aunque yo quisiera empotrarla contra la pared para que me diga.

Tengo un par de horas en Polonia y ya he terminado la reunión que tenía, pensaba descansar y tomarme un tiempo o eso pensaba hasta que supe que mi querida esposa estaba en una carrera ilegal, también sé que ella piensa que no sé qué ella corría casi todas las semanas antes de casarse conmigo pero es evidente que lo sé, mi deber de esposo es saber todo de ella y lo he cumplido al pie de la letra. Estoy completamente seguro que no había vuelvo desde que nos casamos pero hoy lo hizo y aunque ganó y estoy contento por su victoria, porque demostró que con ella nadie se mete, me enfada el hecho de que no me contara, que quisiera verme la cara cuando no le costaba nada contarme.

—¡¿Que carajos haces en una carrera ilegal Irina?!

—Todo tiene una explicación ruso—acata con falso pesar.

—¿Y cual es la razón de que mi esposa me esté ocultando cosas?, pensé que teníamos confianza Irina, que nos contábamos todo. Yo he sido muy honesto contigo y aunque no hablemos mucho sobre nuestras vidas antes del matrimonio trato de cada que puedo ponerte al tanto de situaciones—digo con enfado, me siento muy ofendido para que mentir—. ¿Me cuentas todo Irina?—silencio—. Ahí está la respuesta, pensé que nos teníamos confianza y éramos sinceros.

—No se trata de confianza Dimitri, estás haciendo un escándalo en donde no lo hay. Siempre he sido sincera—miente y es triste darme cuenta de eso.

—¿Realmente me cuentas todo Irina?—de nuevo silencio—. Hagamos algo, cuanto realmente tengas los ovarios de hablarme con la verdad, hablamos, buenas noches señorita Irina.

  Cuelgo dejándola con la palabra en la boca y sin dejarla llenarme la cabeza de sus mentiras, llega un momento donde una persona se cansa de tanto esperar algo que simplemente nunca pasará, no espero que me cuento todo de golpe porque sé qué hay cosas que aunque uno trate solamente no puede pero por lo mínimo me fuera gustado que fuera sincera con lo de la carrera, que lo aceptara pero solo puso pretextos para no hablar más del tema, conozco a Irina como la palma de mi manos y sé que cuanto ella no quiere hablar sobre algo solamente coloca pretextos.

  Me levanto de la cama y me dispongo a darme una ducha, para cuando salgo me coloco ropa interior y me dispongo a dormir para estar preparado para la próxima reunión de mañana. A la mañana siguiente despierto a las 9:00am, voy a buena ahora así que me dispongo a ducharme, para cuando salgo me coloco un traje negro y me acomodo un poco el pelo, luego de admirar unos minutos mi belleza en el espejo del baño me pongo en marcha a la habitación de Danil que se encuentra justo al lado de la mía, toco y lo veo salir bien vestido con su traje a medida, sonrío, quiere copiarme el look.

—Hoy no irás conmigo—suelto y lo veo fruncir el ceño mirándome confundido mientras busca una explicación—. Por hoy quiero ir solo, será una reunión tranquila y no veo porque tengas que acompañarme querido amigo, sal y disfruta de Polonia, folla con una polaca y disfruta de una buena mamada—sigo y el sigue mirándome como si me saliera un tercer ojo—. Estaré aquí a las 8:30pm sin falta, adiós.

Amor color carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora