Dimitri VolkovTodo estaba bien, todo estaba absolutamente bien hasta que los desgraciados de la C.I.A llegaron al velero. Conozco a Irina hace muchísimo tiempo atrás, tuvimos varios altercados pero nunca nos vimos cara a cara hasta la reunión donde necesitábamos sus servicios para matar a una plaga que necesitaba irse de este mundo y quien mejor que ella para hacerlo, es la mejor en lo que hace y eso nadie se lo quita.
Siempre he sentido cosas por ella aunque no fuera mutuo, admiraba su valentía y sus ovarios por ser una matona a sangre fría aunque ella no lo vea así, tampoco puedo negar lo sexy y sensual que es, es ardiente esa mujer y es mi mujer , sé lo mucho que me odiaba cuando la compré aunque yo no lo veo así, lo veo como un matrimonio arreglado por el bien de ambas partes y hubo química.
Me hizo muy feliz escuchar lo que sentía cuando estábamos en Grecia, quiero a Irina, la quiero para mi y no pienso dejarla ir tan fácil, quiero un futuro a su lado y que gobierne a mi lado.
Hoy la estábamos pasando relativamente de maravilla hasta qué pasó lo qué pasó , se que es mi culpa por no atender la llamada de mi hermano, sabía que sería algo importante pero tampoco imaginé que tanto. Ver a Irina salir volando de la moto fue una escena que no me gustaría volver a repetir. Después que le dispararon llegó Danil con mis hombres y los de la C.I.A salieron huyendo de todo el escándalo que armaron.
Estoy saliendo del mar con Irina en brazos inconsciente y con una herida en su brazo, estoy nervioso con cojones. La tiro en la arena dándole primeros auxilios y respiración boca a boca, sin recibir resultado alguno.
— ¡Irina por Dios reacciona! — exclamo con desespero
Sigo dándole primero auxilia y cada vez desesperándome más.
— Vamos pequeña, hazlo por mi. No me dejes — comento con el anhelo de que me escuche mientras Danil trata de suturar su brazo.
De un momento a otro Irina se levanta vomitando toda el agua que había tragado al caer de la moto.
— Dimitri... — abre sus hermosos ojos dándome la tranquilidad que necesitaba.
La beso, es un beso desesperado, un beso lleno de amor y muchos sentimientos encontrados.
— No vuelvas a pegarme esos sustos — le reclamo haciéndola sonreír.
— Te dije que no podías pasar ni un minuto sin mi — dice con orgullo
— Lo sé pequeña, lo sé — digo más para mi que para ella pero aún así sonrío y la vuelvo a besar
— Tenemos que irnos de aquí ahora, puede que estén cerca — dice Danil mientras camina en dirección a la camioneta
En la camioneta no fue mucho lo que hablamos, trato de atender a Irina, su brazo y vigilar que no nos estén siguiendo.
Llegamos al hotel lo más rápido que pudimos para empacar nuestras cosas irnos, agarramos poca ropa, no logramos empacar todo, en el siguiente destino compraremos lo que necesitemos. teníamos que salir lo más rápido de Brasil ya que la C.I.A no descansaría hasta tenemos en su manos y es un lujo que yo no les daría.
Luego de empacar llegamos al jet para ir al siguiente destino, me fuera gustado conocer más Brasil junto a Irina pero quedará para otra ocasión, otra ocasión en la que la C.I.A no metas sus narices donde no les interesa y pueda disfrutar en paz junto a mi mujer.
Se lo bien que se la ha estado pasando, su afición por la playa está en otro nivel y lo supe gracias a su hermana Alice, así que decidí que en la mayoría de los destinos serían en la playa, quería que tuviera lindo recuerdo de nuestra Luna de miel, que estuviera feliz y se la pasara bien, todavía faltan varios destinos, quizás y podamos pasar todo el mes fuera de Rusia.
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Amor color carmesí
De TodoMentiras, secretos, muertes, poder, alianzas, un matrimonio arreglado, guerras, odio y muchas cosas por contar. Un Zar. Una asesina. Un agente de la C.I.A. Una mala decisión cambió la vida de todos ¿Para bien? Nadie mas mejor que ellos mismos para a...