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❝ Estoy cansada de ser yo la que siempre tenga que quedar en el medio...❞
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Emma subió al ascensor.
— Friday, ¿donde se encuentran los Maximoff? — le preguntó a la IA.
— En el cuarto piso. Están en la sala viendo una película, señorita Stark — le informó Friday.
— Bien, gracias — marcó el número en el ascensor.
A los minutos ya se encontraba en la sala. Wanda y Pietro estaban muy concentrados viendo la película así que Emma se acercó despacio sin hacer ruido.
— ¡Buu! — les grito.
Wanda soltó un chillido y Pietro tiro las palomitas al suelo.
— ¡Emma! — le reprocharon los dos.
— ¡Mi comida! — se quejó Pietro.
La rubia soltó una carcajada.
Después Emma almorzó junto a los Maximoff y a su tía Yelena, mientras hablaban de la situación de los acuerdos.
— Yo digo que dejemos que se golpeen entre ellos, mientras nosotros nos escapamos a una playa — comentó Yelena llevándose una papa frita a la boca. — Bueno, no se. Yo les doy esa idea antes de irme, mi vuelo sale esta tarde.
— ¿Qué vas a hacer, tía? — inquirió Emma.
— Tengo que seguir unas pistas sobre eso — le contestó, la menor asintió comprendiendo a lo que se refería.
— ¿Y ustedes gemelos?
— Yo digo que aceptemos la propuesta de Yelena — se rió Wanda.
— Escapemonos a una isla. Emma tiene tres — se rio Pietro.
— De hecho son cuatro — se rió la rubia.
...
— Cuídate, Yelena — Emma la abrazo con fuerza.
— Eso haré. Tu también cuídate, mi Emmy — Yelena dejo un beso en su frente.
— Te amo, tía Lena.
— Te amo mucho más, sobrina.
Después de despedirse de Yelena, Emma paso el resto de la tarde en la sala viendo películas con los gemelos. Hasta que escucharon un estruendo y los tres corrieron a mirar por la ventana.