𝑩𝑨𝑫 𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 - 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐱 𝐦𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 [Terminada]

17. 𝐍𝐚𝐮𝐬𝐞𝐚?

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Capítulo Diecisiete

¿Náuseas?

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❝¿No estarás...? ❞

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ENERO DE 2021

Emma Stark hoy ya no era la niña inocente que fue alguna vez, ahora era una mujer de 20 años que había visto tanto, que había hecho tanto. Desde pasado por torturas hasta ser la que torturaba. De ser la que recibía la maldición cruciatus a la que la implementaba. Porque la guerra, la pérdida y la muerte siempre cambian a las personas. Ahora sus delicadas manos estaban manchadas y sus ojos seguían acumulando horrores vividos.

Luego estaba lo otro, este año se cumplirían 3 años del Chasquido, 3 años de sus muertes, de su muerte.

Volvían las pesadillas, que son más recuerdos que cualquier otra cosa que su imaginación podría conjurar.

Los rostros se volvían borrosos en sus sueños, aún vivos, pero nunca sonriendo. Wanda, Sam, Visión, May, Stephen. Demasiados nombres, demasiadas personas. Dolía como una herida vieja, una herida que nunca cicatrizaba, no importaba cuando tiempo pasará, no importaba cuando intentará distraerse.

El mundo no la dejaba olvidar su fracaso.

A Emma no le gustaba escuchar a alguien vomitando. Asi que era mucho peor ser quien estaba vomitando.

Las pesadillas habían regresado hace dos semanas; los horribles sueños habían empezado de nuevo. La mayoría de los días comenzaban con su cabeza inclinada en el inodoro mucho antes de que saliera el sol, vomitando todo lo que quedaba en su estómago de la noche anterior.

Cada noche sentía ese dolor, una y otra vez, palpitando en su cabeza. Los recuerdos eran tan espantosos que se despertaba empapada en sudor, con un grito atrapado en su garganta. Tragaba su grito solo para que la bilis comenzará a subir. Se levantaba de la cama y se dirigía al baño y vomitaba hasta quedarse sin nada.

Emma pensó que había logrado no despertar ni alarmar a nadie en la casa Avery-Black. Sin embargo, se equivocó cuando la puerta del baño se abrió lentamente. Levantó la cabeza de donde estaba apoyada contra su brazo en el asiento del inodoro y se encontró con la mirada de su tía.

Ninguna de las dos dijo ninguna palabra, mientras se acercaba a ella y se sentaba detrás suyo, acariciando suavemente su espalda.

Emily recogió el cabello rubio y castaño de su sobrina en una improvisada coleta, (desde la guerra que habia intentado teñirselo, pero el castaño no se iba de sus raíces) sosteniéndolo con fuerza. El aire frío acarició su cuello sudoroso y se estremeció.