𝑩𝑨𝑫 𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 - 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐱 𝐦𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 [Terminada]

2. 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞𝐬

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Capítulo Dos

Pesadillas

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❝ Estoy Bien...❞

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Emma sacó unas velas de una caja que guardaba en su escritorio. Las acomodó en el suelo de la habitación en forma de círculo y con sus manos dibujo dentro del círculo de velas, los símbolos que aparecían en el libro que había estado leyendo. Froto sus manos y de estas salieron sus flamas que le ayudaron a encender las velas. Trabó y silencio con un hechizo la habitación, para después sentarse entre los símbolos. Cerró sus ojos y comenzó a recitar el hechizo en latín que había memorizado de tantas veces que lo leyó antes de que le hubieran quitado el libro.

Sintió el calor en su cuerpo cuando las llamas de las velas se intensificaron y crecieron. Un líquido tibio cayó de su nariz, pero eso no la hizo detenerse, ni dejar de recitar el conjuro. A esa altura su tono de voz era otro y parecía casi que gritaba.

— Phoenix...

Emma abrió los ojos sin perder tiempo. La vio parada frente a ella, con su hermosa sonrisa, la ropa que uso la última vez que estuvo con ella.

Se sentó enfrente suyo y tomó sus manos, aunque Emma no pudo sentir el tacto de su piel contra la de ella y aquello la entristeció.

— Debes dejarme ir, Nix.

— No puedo — murmuró con la voz temblorosa. — Tengo que traerte de vuelta.

— No es tu deber, Lyra Phoenix — intentó convencerla la mujer. — Tienes que dejarme ir antes de que pase algo malo. No puedes jugar con la muerte, es engañosa y tramposa, alguien puede salir herido. Tu vas a salir herida.

— Pero te necesito — musito.

La joven dejó salir las lágrimas que cayeron sobre su rostro, ya no podía contenerlas. Victoria estiro su mano y limpio sus mejillas, y aunque Emma no sentía su tacto, cerró sus ojos durante un momento.

— No estas sola, pequeña estrella. Yo voy a estar siempre contigo, cuidándote — le aseguró su madre. — Pero no hay nada que puedas hacer para traerme de vuelta. Ya no pertenezco a tu mundo.

— Te amo — sollozo. — Lo siento, me hubiera encantado tenerte a mi lado siempre... Es injusto que no estés conmigo...

Las dos miraron las velas cuando las llamas iban perdiendo tamaño. Emma apretó con fuerza las manos de la mujer.