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Jude.
— Mira nada más quién se digna a aparecer por fin. —escuché a Phil dirigirse a mí mientras me observaba con una sonrisa divertida, cruzado de brazos— Amigo, ¿se puede saber dónde estuviste todo este tiempo? Hasta llegaste a preocuparme.
Yo reí por la nariz mientras negaba levemente.
— Ya puedes estar tranquilo. Estoy de regreso, vivo y completo. —le respondí, esbozando una pequeña sonrisa.
Una carcajada suya resonó en mis oídos. Lo siguiente que vi, fue cómo él se me quedaba mirando fijamente, como si estuviese esperando a que le dijera algo más.
¿Y ahora qué?
— ¿Estás bien? —quise saber, confundido y ligeramente preocupado por su salud mental— Pareces un psicópata mirándome así.
— No me importa parecer un psicópata si esa es la manera en la que te saco respuestas. —confesó mientras se encogía de hombros de manera despreocupada, yo fruncí el ceño— Te pregunté dónde estabas, ¿recuerdas?
Di un leve asentimiento de cabeza para después desviar la mirada. ¿Debería decirle dónde había estado? ¿O tal vez era mejor que le mintiera?
Total, Phil puede llegar a ser muy idiota a veces, así que dudo mucho que descubra mi mentira.
Qué lío.
— Salí por ahí a conocer la ciudad. —opté por mentir finalmente, tratando de sonar lo más relajado posible— Estaba aburrido, así que creí que sería buena idea.
Él me miró mientras entrecerraba ambos ojos con notable sospecha. Yo tragué saliva, regalándole una sonrisa para verme más convincente.
¿En serio? ¿De repente se había vuelto inteligente?
— ¿Sin gafas de sol? ¿Sin capucha? ¿Sin nada para no ser reconocido? —inquirió mientras enarcaba una ceja— Perdóname, amigo, pero no te creo nada.
— No es mi problema. —le resté importancia— Como sea, iré a descansar un rato. Nos vemos.
Y antes de que Phil pudiera decirme algo más, pasé de él a la velocidad de la luz y me fui tan rápido como mis piernas me lo permitieron. Afortunadamente, él no me siguió, así que pronto pude relajar mi paso.
