☆ forty-three.

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MARATÓN 1/2?

el siguiente capítulo podrán encontrarlo mañana :)

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♡◞ chapter forty-three 𓂃  jude + leah = babysitters 🎀🧸

beni y bauti

beni y bauti

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Leah.

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y no entendía muy bien dónde estaba. Me llevé la mano a la sien, tratando de recordar lo sucedido anoche en la fiesta. Mis recuerdos eran borrosos, solo venían flashes de risas, música alta, bebidas y... muchos recuerdos con Jude. Demasiados. Ni siquiera conseguía recordar cómo había llegado a casa de Vini, pero ahora tenía que lidiar con las consecuencias.

Y dije que no tomaría mucho. Maldito seas, Pedri González.

Fue entonces cuando sentí una respiración cerca de mí y mi corazón se aceleró de golpe. Giré la cabeza lentamente y mi mirada se encontró con la figura de nada más y nada menos que... Pablo, durmiendo en posición de estrella al lado mío. Alarmada, dejé escapar un grito de espanto y, sin pensarlo, lo empujé con todas mis fuerzas.

¿Cómo demonios terminamos durmiendo en la misma cama sin matarnos en el intento? Por Dios, qué horror.

Como era de esperar, Pablo se despertó de golpe y se incorporó furioso, mirándome con rabia contenida. Yo me preparé para sus gritos, cruzándome de brazos mientras esperaba.

1, 2, 3...

— ¡¿Qué coño te pasa, Leah?! —me gritó mientras se frotaba el lugar donde había caído— ¡Que podrías haberme matado!

Lo miré con incredulidad, sin poder creer que estaba más preocupado por el golpe que por el hecho de que habíamos terminado durmiendo juntos. Mi incredulidad se convirtió en ira y respondí con vehemencia.

— ¿Cómo te atreves a preocuparte más por un maldito golpe que por descubrir cómo terminamos en la misma cama? ¿No te das cuenta de lo espantoso que es esto?

Pablo me miró con los ojos abiertos de par en par, sin encontrar palabras para responder. La rabia se mezcló con la vergüenza en su rostro, y finalmente desvió la mirada, cruzándose de brazos.

— Solo recuerdo que tenía mucho sueño, ¿vale? Ni siquiera me fijé si había alguien aquí.

— ¡Pues debiste hacerlo! —insistí, provocando que su mirada filosa se volviera a clavar en mí— ¿Y si me hubieses aplastado? O peor aún: ¿y si hubiese sido yo la que se hubiese reventado la cara contra el suelo?

— Muy chistosa, eh.

Pronto la discusión se volvió acalorada, cada uno levantando la voz en su intento por ser escuchado. Yo me sentía confundida, aún sin entender cómo había terminado en esta situación. Dispuesta a no seguir aguantando sus rabietas, abandoné la habitación con la cabeza dando vueltas, decidida a alejarme de toda esa tensión.

kill my mind ★ jude bellingham. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora