- APRENDIZAJE -

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—Espera, espera... ¿qué estás diciendo? Pero si eres la viva imagen de tu padre, eres Adam Barner físicamente y de carácter. ¿Qué te hace pensar en eso?

Ivona tomó aire y comenzó su relato. —Anoche en el bar me sentía muy confundida, después de casi un mes de constante vigilancia, Connor desapareció. Así que recapitulé cómo entró en mi vida; él de repente llegó al bar, comenzó a asecharme con el pretexto de que alguien me descubriría y podía afectar el nombre y los negocios de mi padre.

—Si, recuerdo eso.

—Se volvió sumamente insistente y quizá hasta abrumador, por más que lo ignoraba regresaba cada noche. Hasta que llegó con su propuesta laboral y con ese asunto de mamá. Acepté porque de verdad creí que me diría algo, que me daría una pista de lo que le ocurrió; pero solo se convirtió en mi sombra, en un protector, mucho más de lo que mi padre fue.

—Si, pero nunca lo vimos como algo paternal, era algo más entre ustedes, había química, él... parece que le atraes, y mucho. — reafirmé desde mi punto de vista.

—Yo llegué a pensar lo mismo, incluso armé todo un plan para seducirlo, pero me rechazó, — me miró arqueando la ceja —y tú sabes que nadie me rechaza. Por eso anoche fui a verlo, me puse mi mejor lencería y llegué a su casa...

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Noche anterior...

Casa de Connor.
Manhattan, NY.

—¿Qué haces aquí a esta hora? ¿Estás bien? —Connor la invitó a pasar preocupado, pues no era normal una visita de ella de madrugada, y la vio entrar en silencio directo a las escaleras, cuando llegó al segundo piso, sin entender la siguió.

—Veo que estabas a punto de dormir, pero vengo a cambiarte los planes. —Entró en su habitación, se quitó la gabardina y se sentó sobre la cama, dejando a la vista la diminuta lencería de cuero que dejaba casi todo a la vista. Connor entró pero se quedó lejos de ella, solo observándola.

—¿Qué estás haciendo? — se cruzó de brazos y la miró con seriedad.

—Oh, disculpa el atuendo, es porque vengo de trabajar. — se expresaba con ironía, claramente él entendía que lo quería provocar. —Quiero que me expliques ¿cuáles son tus verdaderas intenciones conmigo? ¿Qué es lo que realmente quieres?

Connor desvió un poco la mirada y exhaló una bocanada de aire. —Quiero que estés bien, quiero que te realices como mujer y profesionista fuera de ese ambiente.... — se acercó y la miró fijamente a los ojos —...es lo que tu mamá desearía.

Ivona apenas la escuchó nombrar y se puso de pie frente a él con todo el hartazgo que lleva consigo, el tema de su madre nadie lo va a tocar sin darle la verdad.

—¡Basta! ¿Qué tiene que ver mi madre en todo esto? Deja de insinuar lo que mi madre desearía o no, porque casualmente coincide con lo que tú quieres. Ahora mismo vas a contarme todo respecto a ella y dónde está, ya sea viva o muerta.

—No, no puedo decirte nada, solo créeme, ella quería lo mejor para ti. — trataba de calmarla y terminar con el tema.

—¿Cómo la conociste? ¿por qué mi padre no habla de ella? ¿se casaron? ¿ella lo dejó? ¿por qué te importa tanto lo que me pase? — Ivona escupía todas las dudas que por años se había callado, y que nadie había estado dispuesto a escuchar.

Connor trataba de ignorarla y recogió su gabardina para cubrirla, pero ella la arrojó de un manotazo.

—¡No! Estoy cansada de que todos me consideren una niña, no lo soy, nadie tiene que protegerme, ni ocultarme la verdad a la que tengo derecho. Es mi madre... — se le quebró la voz en un puño de emociones. —...háblame de ella. — suplicó.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 -  Psic. QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora