𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 - Psic. Quinn

- DESCÚBRETE -

El vino se acaba, estamos riendo como nunca hasta que el silencio nos hace mirarnos fijamente. Connor tiene una magia especial que no puedo ocultar. Hay algo en sus ojos y en su cuerpo que estoy segura de que ninguna mujer puede pasar por alto.

Más que incómodo, el silencio anuncia lo inevitable. Estamos en un lugar al que se viene a tener sexo y todo alrededor de ella lo grita. ¿Por qué nosotros íbamos a ser la excepción?

Tomo una fresa de las que Ivona nos trajo y la acerco a su boca, con sus ojos fijos en mí separa sus labios para recibirla. Es tan sensual como la come y me hace imaginar un sinfín de cosas sucias que puede hacer con ella en cualquier parte de mi cuerpo.

Como si estuviera dentro de mis pensamientos leyendo mis fantasías, se pone de pie rodeando la barra que nos separa y es él quien ahora toma una de las fresas y la pone entre mis labios haciéndome cerrar los ojos con lo erótico que me resulta.

Sin embargo, antes de poder abrirlos, su boca se interpone haciendo que el néctar de la fruta resbale entre las comisuras en forma de gotas, que su índice toma para detener su paso. Su mano izquierda se posa sobre mi cintura y sin hablar caminamos juntos hasta la cama.

Me quedo recostada recibiendo sus besos que bajan por mi cuello y sin que yo tenga que hacer nada comienza a quitarme el vestido.

No lo siento por Ivona. Voy a cogerme a Connor Emery las veces que a los dos nos de la gana.

Sus labios recorren mis senos y...

—Ivona... — no despierta — ¡IVONAAAA! — le grito y abre los ojos asustada. —Los médicos ya llegaron y Jamie entró con ellos.

Mira a su alrededor como si hubiera olvidado en el lugar en el que estamos; por su apariencia, puedo apostar que estaba teniendo un sueño importante, o quizá... una pesadilla. Pero no voy a preguntarle sobre qué. Seguimos sin hablarnos y el hospital no es el mejor lugar para hacerlo.

Han pasado diez días desde el accidente de Bella. Diez días de angustia y terror desde que Rebecca nos avisó de madrugada que estaba grave en el hospital. Nos lo ocultó para que nada afectara nuestro desempeño esa noche en el bar; la muy imbécil solo piensa en el dinero.

Esa noche fue Connor quien me llevó al hospital apenas salí de la dichosa junta. Ivona llegó sola en su moto y eso me dio un extraño alivio pensando que quizá Joseph no estaba con ella, o mínimo su noche se les arruinó con la noticia. No sé porque me importa.

Bella tiene una fisura considerable en el tobillo y uno de los ligamentos casi se rompió, eso significa que no podrá bailar por un buen tiempo. Sé que eso la va a poner muy triste, porque no solo se ausentará en el bar, sino que también la suplantarán en la obra y en diciembre es su audición para entrar al New York City Ballet.

Todo esto lo estoy considerando si despierta, si lo hace sin ningún tipo de secuelas, quiero pensar que nada malo ocurrió en su cabeza. Debido a que su madre no puede estar aquí, nos hemos turnado las chicas que la aprecian y sus amigos del teatro junto a Oliver para cuidar de ella. El pobre apenas ha dormido y sé que es el más angustiado de todos.

Hoy le retirarán los medicamentos que la mantenían en un coma inducido para la recuperación total de sus lesiones. Convulsionó camino al hospital y eso asustó a los médicos, pues ella jamás ha padecido de epilepsia o algo relacionado con eso.

Los estudios no muestran un daño evidente en las zonas de su cerebro, pero hasta que no despierte no lo sabremos con seguridad.

Oliver está a mi lado y podemos verla a través del cristal, es Jamie quien está dentro con ella. Oliver no se separó ni un momento, pero cuando Jamie llegó, no le quedó mas remedio que ceder su lugar antes de que alguien sospechara.