𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 - Psic. Quinn

- HARRISON - Segunda parte

El siguiente capitulo es la segunda parte de "Harrison". La primera parte fue publicada hace unos minutos. Si llegaste aquí por una notificación asegúrate de haber leído el capítulo anterior para no confundirte.

Gracias por leer.

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Apartamento de Ivona, Bella y Aysel.

Manhattan, NY.

Mamá deja a Luna en el suelo del penthouse apenas entramos. Pasamos por ella al apartamento de Joseph antes de que nos dejara al pie del edificio.

—¿Estás bien, hija?

—Si mamá, ahora regreso.

Mamá asiente y sigue acariciando a Luna. Yo camino el pasillo y descubro olor a roles de canela en el ambiente; sé que Mara seguro los hizo para Ivona y me rio pensando que ese bebé está comenzando a despertar los antojos en ella.

Al llegar a su habitación, descubro la puerta abierta y a ella sentada al pie de su ventana mordiendo un trozo de rol con los ojos cerrados, como si de eso dependiera su vida. Sonrío y toco un par de veces el marco con los nudillos despertándola del momento placentero.

—¿Puedo entrar? — ella sonríe y me muestra la charola de roles que tiene en el regazo.

—Solo si te comes uno de estos. — parece estar de buen humor y me pregunto si ya ha tomado una decisión con respecto al embarazo.

Camino hasta ella y me siento recargándome junto al ventanal.  Ella me advierte levantando la charola y yo tomo uno de los deliciosos panes con mi mano.

—¿Cómo estás? — pregunto para testear su estado de ánimo.

Ella encoje los hombros y responde:

—Mmmm. Tengo muchas cosas que decidir, pero ahora estoy comiendo mis roles, porque no quiero pensar en nada más. — su respuesta me confirma que aún no ha decidido nada y yo me pienso lo que debo decir.

—¿Cómo te fue con la ginecóloga? — doy un pequeño mordisco al pan.

—Estoy saludable y fuerte para un aborto, pero por otro lado, hay 4 semanas de gestación colgadas de mi útero que seguirán creciendo hasta que tome una decisión. Por lo pronto está tomando control de mi cuerpo y me hace desear comer estas cosas llenas de azúcar y carbohidratos, para después reírse de mí cuando me provoque vomitarlos.

No puedo evitar esbozar una sonrisa. En ese momento, Bella entra con Luna en los brazos y se une al festín de pan que Ivona reparte gustosa.

Odio tener que romper con este momento.

—Ivona... — ambas me miran y yo respiro como si me costara encontrar las palabras. —Connor está en el hospital. — Ivona deja el pan en la charola y me observa esperando que le dé más información. —Se cayó mientras montaba tu caballo, y al parecer, fue una caída muy aparatosa. 

Las dos me observan y yo no sé si continuar.

—¿Qué? ¿Cómo está? — Bella es quien pregunta por él antes de que Ivona pueda reaccionar.

—No lo sé con certeza, Joseph está camino al hospital ahora mismo. Solo le dijeron lo que pasó y que lo necesitaban como su contacto de emergencia.

—Kaiser no haría eso, no con él, ni conmigo. — Ivona se levanta un poco alterada. Pero sus palabras suman a la pequeña sospecha que Joseph y yo compartimos apenas terminó la llamada y me lo contó.

—Ivona, ¿Kaiser se dejaba montar por él? — pregunto con la mente puesta en confirmar o negar mi conjetura.

—Si, a Kaiser no le gustan los desconocidos, pero a nosotros nunca nos ha rechazado.