- INFINITOS -

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La primera vez que hablé con Ivona, supe que teníamos algo en común.

Dolor e ira reprimida.

Sumergido en historias que no requerían ser contadas para saber que la otra cargaba un gran equipaje proveniente de su pasado. Se vibraba entre nosotros. Nunca nos sentamos a hablar de penas y desgracias, pero poco a poco Bella y yo conocimos lo esencial de su historia porque la vida lo fue llevando hasta allí.

Descendiente de una de las familias más privilegiadas del país; su padre, Abraham Barnes, la persona más fría y distante con ella; y que desgraciadamente, nunca conoció ni supo el nombre de su madre.

Hoy, la mujer que nos ha hecho la vida imposible desde que llegó al bar; que nos ha querido sacar de allí con hostilidad, le está gritando a la cara sin tacto alguno que fue quien la engendró.

Un nuevo escándalo cimbra los pasillos del bar, golpe bajo a uno de los pilares más importantes de la triada que hoy lo sostenemos. En el corazón de Ivona, las viejas heridas infantiles se abren una vez más; después de años de mantenerlas bajo control y ocultarlas de los demás, no hay suficientes manos para contener el inminente desastre que en ella recae.

Bella y yo mantenemos la mirada entre nosotras con la respiración contenida, ella sostiene su mano en la boca para evitar el grito que yo tuve que aguantarme también.

De repente dudo de lo que acabo de escuchar, si para mi se siente como una pesadilla, no me puedo imaginar lo que ella está pasando.

—¡¿QUEEEEEÉ?! — Ivona grita. —¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NOOOOOOO! ¡Están mintiendo! ¡Tú no eres mi madre y él no es mi padre!

—Lo soy... y él también. — Rebecca continúa gritando. —¡¿Cómo pudiste?! — dirige la mirada a Connor, quien termina de acomodar su pantalón y la encara.

—¡Cállate, Amanda! No mientas. No quieras utilizar esa bajeza para intentar manipularme.

—¿Amanda?... — Bella suelta el aire y le hago señas para que se calme, no sé qué hacer aun cuando dentro la bomba sigue detonando.

—Amor... escúchame. — la súplica en la voz de Connor es desgarradora, pero su intento por controlar la situación es nulo.

—¿Está diciendo la verdad? ¡CONTÉSTAME! — Ivona le golpea con los puños en su torso desnudo.

—Claro que es verdad. — Rebecca afirma tratando de mantener control en sus palabras. —Somos tus padres.

La delgada línea de tolerancia de Connor se rompe, él sabe que ella miente y que está tratando de alejarlo de Ivona y no dudará en utilizar las más bajas armas para hacerlo.

—Escúchame bien, Rebecca, Amanda o como te llames... — Connor jadea envuelto en el nerviosismo de saber que cometió un error al ocultarle la verdad a Ivona. —Tú eres su madre, pero no vas a mentir con respecto a su paternidad, porque hay una prueba de ADN que lo desmiente.

—¡LARGOOO! ¡LOS DOS LÁRGUENSE DE AQUÍ! — mi amiga apenas puede sostenerse en pie y entonces es que nos toca intervenir.

—Bella, llama a Oliver, — comienzo a dar indicaciones. —Vamos a entrar, saca a Connor y enciérralo en mi camerino, dile que no se mueva de allí.

Asiente y me sigue cuando entro directamente hasta donde está Ivona.

—Ya se van. — le digo a los ojos. —Fuera de aquí. — le ordeno a Rebecca.

—No, ella tiene que escucharme. — el titubeo en su voz me indica que está arrepentida de lo que hizo, que fue un impulso por la escena lo que la llevó a confesar algo que se había guardado por casi dos años aquí y 23 años allá fuera.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 -  Psic. QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora