Apartamento de Aysel
Manhattan, NY.Hoy no iré a trabajar, agradezco que Jamie lo entienda y que no me haya dicho nada porque aún no le devuelvo el auto.
Estoy en el apartamento, tratando de ordenar mis cosas en el que ahora es mi nuevo espacio y ver si de esta manera se refleja en mi cabeza; aunque la ansiedad se fue desde anoche, solo tengo destellos del fuego, recuerdos del bosque y su rostro decepcionado después de mi confesión, ese es el que me urge que se vaya de mi mente... porque aún duele.
Puedo quitarme la ropa frente a una multitud, pero decirle a él que me había enamorado, fue desnudar algo más profundo, y lo que más me ha generado pudor y vergüenza al ver su reacción.
Mi ropa no cabe en el armario, miro la cama y me doy cuenta de que aún tengo un poco menos de la mitad y el espacio de mi habitación ya está lleno. Claro que extraño mi antiguo hogar, era muchísimo más grande que esto, y también extraño a las chicas.
Tomé una decisión, invadiré el armario de la segunda habitación, si algún día alguien se queda allí entonces arreglaremos el inconveniente, pero por lo pronto, también será mío.
Después de poner en orden mis pertenencias llegué a la cocina, jamás he tenido una buena relación con ella, mi madre es quien siempre se encargaba y me alejaba para evitar que me quemara, así que el cereal con leche es lo único que me queda bien.
Llegó la hora de aprender a cocinar. Abrí el refrigerador y descubrí las cosas que Oliver me había traído del supermercado, sin duda con los pocos días que pasamos en el apartamento entendió un poco de nuestras preferencias y me trajo prácticamente lo mismo, es un hombre muy observador.
Solo que, la piña es la fruta favorita de Ivona, a mi me escalda la lengua, pero ella se puede comer una completa en el desayuno de la mañana. Así que quizá esta piña la convierta en jugo verde para no dejarla morir.
El timbre sonó, me pareció extraño porque nadie más que Jamie u Oliver saben de este lugar, así que fui por mi bata porque no creo que sea prudente abrir en ropa interior, a pesar de que ya me han visto desnuda, no creo que este sea el lugar adecuado para eso.
¡Vaya, si no vengo a verte, tú no apareces por ningún lado! — Bella me regañaba en la puerta con Oliver detrás de ella. — sonreí y le hice la seña para que pasaran.
—Buen día señorita Aysel, yo solo vine a dejarla, llámenme cuando estén listas para ir al bar.
—Buen día y gracias, Oliver. — el hombre hizo una pequeña reverencia y se fue.
Bella entró con una bolsa en la mano observando el apartamento y se centró en la nueva vista de la ciudad.
—Es lindo, pero no lo es tanto como el nuestro. — lanzó su primer anzuelo, yo entendí que seguro tendría varios bajo la manga.
—No, pero es acogedor. — estaba lista para responder a cada uno de sus mensajes ocultos.
—Por cierto, — se giró y me mostró la bolsa. —traje el almuerzo.
Respiré aliviada. —¡Te amo! Estaba por comer cereal. — rodeó los ojos.
—Lo supuse. Ays, aquí vas a morir de hambre, es mejor que regreses a casa. — segundo anzuelo.
—No... — dije mientras sacaba dos platos para la comida. —...no creo que esa sea una buena idea.
—Claro que la es, ese es nuestro hogar; y tú e Ivona tienen que hablar ya. Odio que estén enojadas. — comencé a servir la ensalada mientras permanecía atenta a mis gesticulaciones.
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𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 - Psic. Quinn
Romance-Cierra los ojos y confía - me dijo. Lo hice, nos perdimos, cruzamos la línea y rompió su ética profesional. Desde ese momento...todo se fue a la mierda. (+18) ------------------------------------------------------------------ La palabra RESILIENCIA...