𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 - Psic. Quinn

- PROPUESTA -

¿Qué iba a responder a ese mensaje?

No quise hacerlo. Me hacía sentir cosas en las entrañas que jamás había experimentado; el único hombre que me ha atraído en el bar ahora me ve; pero Bella, no sé si ella está enamorada de él y no puedo hacerle esto.

Tenía tantas preguntas, ¿Cómo obtuvo mi número? ¿acaso ya sabe mi verdadero nombre?, y la más importante... ¿Qué quiere de mí?

Fue tanta mi confusión que apenas noté cuando Ivona llegó a casa, ella estaba tan ensimismada con sus propios asuntos, que solo se sentó frente a mí, en el sofá que tiene la mejor vista a la ciudad y cada una miró a un punto fijo en silencio por más de media hora.

–¿Te pasa algo? – le pregunté cuando me di cuenta de que estábamos en completo silencio.

–Si. ¿Y a ti?

–También.

–¿Fingimos que no pasa nada y nos vamos a comer? –Ivona me sugirió con seriedad.

–Perfecto.

Así éramos Ivona y yo, solucionábamos todo con compras o con ir a comer fuera de casa, no hablar era nuestra manera de sobrellevarlo y de contenernos una a la otra.

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Metropolitan Opera House
New York, NY.

Por la noche nos fuimos juntas a la presentación de Bella como bailarina profesional, esa noche ella sería Julieta, con lo que nadie contaba es que Romeo no bailaba junto a ella, él la esperaba entre el público.

André estaba 3 filas atrás de nosotras, no fue difícil identificarlo para mí, un hombre como él no pasa desapercibido, y menos ante mis ojos.

–No voltees. – me advirtió Ivona mientras se sentaba a mi lado. –Si lo haces te cruzarás con su mirada.

–¿Con quién? – fingí no saber.

–André, estaba siguiéndote con la mirada desde que entramos.

No estoy imaginando nada. Es obvio que está ahí por Bella, aunque es un evento público y viene acompañado de una mujer mayor, estoy casi segura de que ella lo invitó.

–Sabía que llegarían antes que yo, me hubiera encantado pasar por ustedes, pero no me esperaron. – nuestro querido Jamie llegaba para sentarse junto a mí y nos dio un beso a cada una.

–Hola Jamie. – me acerqué para abrazarlo. –Podrás llevarnos a cenar a las tres y después a casa.

–Es un honor, mis chicas se ven tan espectaculares. – él nos adoraba y siempre nos daba nuestro lugar. –Aysel, lamento lo de ayer, cuando algo así vuelva a pasar, por favor... llámame. – me dijo en voz baja.

–Te aseguro que le dejé muy claras las cosas a Rebecca, no volverá a portarse de esa manera conmigo.

Me miró pícaro. –Después me explicas lo del champagne. – sonrió juguetón y yo me enrojecí.

La función comenzó, era maravilloso ver a Bella en su hábitat, el baile en general era lo suyo, pero el ballet la convertía en algo sublime; cada movimiento transmitía sentimientos... ella es arte, es la única palabra que encuentro para definirla.

Terminó el tercer acto y los aplausos estallaron en júbilo. Bella mostraba una seguridad increíble, aunque solo Ivona y yo sabíamos que por dentro estaba a punto de las lágrimas. Por fin, después de tanto esfuerzo, su camino profesional comenzaba y ese era un paso más cerca para entrar al "New York City Ballet".