"A veces me pregunto cuando duermes: "¿alguna vez estarás soñando conmigo?" A veces cuando te miro a los ojos, pretendo que eres mío todo el maldito tiempo."
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Cedric miró a Lia con una extraña expresión en la cara que ella no podía descifrar exactamente.
—¡¿Lia?!— dijo el señor Amos.
La pelirroja quitó su mirada de Cedric para mirar al mayor. —Señor Amos, ¿Que tal está?
—Muy bien.— dijo acercándose para darle un pequeño abrazo. —¿Que toman los niños de ahora? Estás muy grande.— dijo.
Lia sonrió amablemente y luego su mirada se volvió a posar en Cedric. —¿Y tú?— le dijo, colocando sus manos en sus bolsillos traseros. —¿no vas a saludarme o que?— preguntó.
Cedric se quedó mirando a Lia por un momento, como si estuviera procesando lo que estaba viendo. Luego, una sonrisa radiante se extendió por su rostro mientras se acercaba a ella y la rodeaba por la cintura para abrazarla. Lia correspondió el abrazo.
—No puedo creer lo mucho que has cambiado.— dijo frunciendo el ceño.
Lia sonrió. —¿Debería tomar eso como un cumplido?
Cedric se rió. —Oh, definitivamente lo es. Pero en serio, estás... bueno, estás... diferente.— dijo rascándose la nuca. —Ya no usas lentes...
—Si.— dijo asintiendo mientras sonreía.
—Estaba emocionado por verte, te extrañé.— dijo él revolviendo su cabello suavemente.
Lia rió. —También te extrañé, Ced.
—Arthur, ¿todos estos son tus hijos?— preguntó el señor Amos.
—Oh no no, solo los pelirrojos, esta es Hermione, amiga de Ron.— dijo señalando a la castaña quien le dio una sonrisa.
—Y tú debes ser Harry Potter.— dijo el señor Amos al azabache. —un placer.
—El gusto es mío señor— respondió Harry.
—Ah, por aquí, síganme.— dijo Cedric para comenzar a caminar, Lia comenzó a caminar a su lado. —¿Te quedarás en la tienda con nosotros, ¿no?
—Si, demasiados Weasley y además Hermione y Harry.— dijo ella.
Cedric rió suavemente. —Claro...— dijo él mirándole.
—¿Que es lo que tanto me ves?— preguntó la pelirroja burlona.
—Nada, es que... de verdad estás muy-
—Diferente.— le interrumpió ella. —Si, ya lo noté, gracias.
—Si...
Lia le sacó la lengua en respuesta, lo que hizo reír a Cedric. Juntos continuaron caminando hasta que llegaron a una colina.
Todos comenzaron a posicionarse al rededor de una bota que había allí y entonces Lia supo que era un traslador.
—¿Por que nos posicionamos al rededor de esta vieja bota?— Preguntó Harry, confundido.
