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Desde el día en el que Cedric le había dicho sus pensamientos a Lia ella no le había hablado, y ya habían pasado dos semanas, por lo mismo él tampoco lo había hecho, solo por respetar su espacio, pero se arrepentía cada segundo que había pasado y ...

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Desde el día en el que Cedric le había dicho sus pensamientos a Lia ella no le había hablado, y ya habían pasado dos semanas, por lo mismo él tampoco lo había hecho, solo por respetar su espacio, pero se arrepentía cada segundo que había pasado y que pasaba desde ese día.

Lia no se veía triste, no se veía enojada, todo lo contrario, incluso se veía mas que contenta con Theodore, probablemente habían empezado a salir, pero eso él no lo sabía.

Cedric había estado tratando de concentrarse en lo que debía, la primera prueba del torneo de los tres magos, pero por más que había intentado, no lo había logrado, y ahí estaba él, sentado en su cama mirando lejos a solo unas horas de la primera prueba... sin saber que rayos hacer.

Cedric se encontraba sumido en un mar de pensamientos tumultuosos. La proximidad de la primera prueba del torneo debería haber ocupado su mente por completo, pero todo lo que podía pensar era en Lia y en la brecha que se había formado entre ellos. La ausencia de su amistad pesaba más que la competición si era honesto.

Se paseaba de un lado a otro en su habitación, incapaz de concentrarse. Las paredes parecían cerrarse a su alrededor, y el reloj marcaba el tiempo implacable. Cada tic-tac resonaba como un recordatorio de que no solo estaba en juego el torneo, sino también su relación con Lia.

El nerviosismo aumentaba a medida que se acercaba la hora de la prueba, y Cedric sabía que necesitaba encontrar una forma de enfocarse. Se sentó al borde de la cama, pasándose las manos por el rostro en un intento de despejar su mente.

—Debería estar pensando en la estrategia para la prueba, no en esto.— murmuró para sí mismo con frustración.

La tensión en el aire era palpable, y Cedric sentía como si el peso de las circunstancias lo estuviera arrastrando. Deseaba poder retroceder en el tiempo y deshacer la distancia que había surgido entre Lia y él.

De pronto, escuchó tres golpes en la puerta. —¿Cedric? ¿Que tanto esperas para salir? El torneo empieza pronto.— se escuchó la voz de Chris. Cedric no respondió, probablemente estaba teniendo un ataque de pánico.  —¿Cedric? ¿Estás bien, hermano?— volvió a hablar el chico.

Cedric se levantó y abrió la puerta encontrándose con la cara de preocupación de Chris. —No se si pueda hacerlo...— dijo el castaño.
M—¿De que hablas?— preguntó Chris entrando y cerrando la puerta.

—No se que es lo que voy a hacer... no he pensado en nada sobre el torneo... no pensé en hechizos, no pensé en un encantamiento, en alguna estrategia... Nada.— confesó él.

—¿Y en que rayos has estado pensando?— preguntó Chris un poco perplejo.

—En Lia...— dijo él

—¿En Lia?— dijo Chris. —oye, ya se que tú y Lia están... enojados no sé porque, pero si amistad es muy fuerte, ya pasará.

—No lo entiendes...— dijo él negando. —Lia se la ya pasado la mitad de su vida detrás de mi y yo la rechacé... pero me di cuenta que yo siento lo mismo que ella... me gusta.— confesó.

Delicate (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora