"A veces me pregunto cuando duermes: "¿alguna vez estarás soñando conmigo?" A veces cuando te miro a los ojos, pretendo que eres mío todo el maldito tiempo."
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—¡Lia! ¡Lia, espera!— le llamaron a la pelirroja, quien volteó para encontrarse con Anya corriendo hacia ella. —tontita, ¿eres sorda?
—Lo siento, estaba... pensando en cosas.
—¿Como cuáles?— preguntó Anya levantado una ceja.
—Solo cosas tontas.
—¿Como el tonto de Cedric?— bromeó ella y Lia sonrió.
—Boba.
—Toma, venía a entregarte tu cuaderno, felicitaciones, sacaste diez en la actividad.— dijo pasándole el cuaderno.
—¿Si?— preguntó asombrada. —ah... es historia de la magia, pensé que hablabas de pociones.
—El día que alguien saque diez en pociones, el cielo se va a caer y va a llover para arriba.— dijo Anya obvia.
—Bueno... eso es cierto.— Anya asintió. —¿a donde vas ahora?
—Voy a la biblioteca, Chris me pidió que fuera hacia allá.
—¿Para qué?— preguntó Lia mientras la veía cerrar su mochila.
—No lo sé, solo me dijo "cuando acabe la clase ve a la biblioteca, me gustaría hablar contigo"— Lia frunció el ceño.
—Mmm... ¿sobre qué querrá hablar?— Anya se encogió de hombros. —Cualquier cosa me cuentas igual.
—Claro, chismosita. Por cierto, tú también tienes cosas que contarme eh... sé que algo escondes Lupin y yo te voy a meter la mano en la garganta y te sacaré toda la información.
—¿De que hablas?
—No lo sé, ponte a pensar si me has contado todo lo que has hecho.— Lia frunció el ceño. —haste la tonta, nos vemos luego.
Lia rió y acomodó su mochila en su hombro para luego comenzar a caminar hacia su sala común. La pelirroja miró hacia el jardín mientras caminaba donde pronto vio a su novio allí hablando con una chica rubia. El estómago de Lia se revolvió inmediatamente al verlo reír con otra chica, una chica por supuesto mil veces más linda que ella.
Un torbellino de emociones la invadió: celos, inseguridad y confusión. Trató de mantener la calma mientras lo observaba, intentando no mostrar sus sentimientos.
Por alguna razón u otra, casi de inmediato Cedric la notó, ella apartó su mirada y comenzó a caminar nuevamente.
Cedric notó la incomodidad en la expresión de Lia y se despidió de la chica para dirigirse rápidamente hacia ella.
—Lia, espera.— llamó Cedric, alcanzándola.
La pelirroja se detuvo sin darse la vuelta para mirarlo.
