The end.

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Seis años después.

















—¿Estás nerviosa?— preguntó Anya mientras terminaba de acomodar el cabello de la pelirroja

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—¿Estás nerviosa?— preguntó Anya mientras terminaba de acomodar el cabello de la pelirroja.

—Si... un poco.— dijo con una media sonrisa.

—Oye...— dijo su amiga confundida. —Lia... estás a punto de casarte... ¿por qué estás triste?— preguntó mirándola, mientras ella miraba hacia el suelo.

—Yo... me hubiera gustado que mi padre estuviera aquí... que me acompañara hasta el altar.— dijo con los ojos aguados.

—Lia... tu padre dio su vida luchando... y sabes que lo hizo para que tú tuvieras un mejor futuro, para poder vencer a... Voldemort. Así igual fueron muchas personas más...

—Teddy es igual a él... siempre que lo veo solo puedo pensar en él.

—Bueno eso es bueno... tu hermano siempre estará a tu lado para que nunca lo olvides.

Lia respiró hondo, tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con caer. —Lo sé, Anya. Pero aún así duele. Sé que mi padre hizo lo que hizo por nosotros, pero en días como hoy... lo extraño tanto.

Anya le dio un abrazo reconfortante. —Es natural sentir eso, Lia. Todos lo extrañamos. Pero estoy segura de que él estaría muy orgulloso de ti y de lo que has logrado. Y hoy, en tu boda, estará contigo en espíritu.

Lia asintió, tratando de encontrar consuelo en las palabras de su amiga. —Gracias, Anya. Sabes exactamente qué decir para hacerme sentir mejor.

Anya sonrió, apretando su mano. —Eso es lo que hacen las amigas. Ahora, vamos a asegurarnos de que te veas perfecta para tu gran día. Cedric se va a desmayar cuando te vea.

Lia rió suavemente, sintiéndose un poco más ligera. —Espero que no se desmaye de verdad. No quiero tener que revivirlo antes de la ceremonia.

Anya se rió. —No te preocupes. Está completamente preparado para este día. Ahora, termina de ponerte esos pendientes y estarás lista.

Mientras Lia se terminaba de arreglar, Dante tocó la puerta de la habitación. —¿Listas, chicas? La ceremonia está a punto de comenzar.

—¡No entres!— gritó Anya.

Dante se rió desde el otro lado de la puerta. —Tranquila, no voy a entrar. Solo quería asegurarme de que todo está bien.

Lia sonrió, sintiendo el nerviosismo mezclado con la emoción. —Estamos casi listas, Dante. Solo un par de minutos más.

Anya terminó de ajustar el velo de Lia y dio un paso atrás para admirar el conjunto. —Perfecta. Estás absolutamente perfecta, Lia.

Lia se miró en el espejo, su vestido blanco brillando bajo la luz. Se sentía hermosa, pero sobre todo, se sentía llena de amor y gratitud por todas las personas que la habían apoyado hasta este momento. —Gracias, Anya. No sé qué haría sin ti.

Delicate (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora