"A veces me pregunto cuando duermes: "¿alguna vez estarás soñando conmigo?" A veces cuando te miro a los ojos, pretendo que eres mío todo el maldito tiempo."
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Al día siguiente, Lia despertó lentamente en la habitación de Cedric, sintiéndose confundida y aún un poco mareada por lo que había sucedido la noche anterior. Miró a su alrededor, reconociendo gradualmente el familiar ambiente de la habitación de su novio.
—¿Cedric?— murmuró Lia, buscando con la mirada al castaño.
Cedric, quien había estado sentado en una silla junto a la cama, se levantó rápidamente al escucharla. Su rostro reflejaba alivio al ver que Lia estaba despierta.
—Hola, cariño.— dijo Cedric suavemente, acercándose a ella. —¿Cómo te sientes?
Lia parpadeó un par de veces, tratando de enfocar su mirada. Su memoria estaba borrosa sobre lo sucedido la noche anterior, recordaba flashes y sensaciones, pero no tenía una imagen clara de lo que había pasado después de sentirse mareada en el baño.
—Me siento... confundida.— admitió Lia, frunciendo el ceño.
—Está bien, no te esfuerces, Lía.
—¿Qué pasó anoche? Recuerdo que me sentí mal en el baño y después... no sé qué más ocurrió.
Cedric suspiró, sintiendo un nudo en la garganta al recordar la situación angustiante que habían enfrentado. Decidió ser honesto con Lia, aunque sabía que podía ser difícil para ella escucharlo.
—Lils, anoche...— comenzó Cedric, buscando las palabras adecuadas. —Hubo un problema.
—¿Que pasó?
—¿Recuerdas haber ido al baño?— preguntó él.
Lia frunció el ceño y pensó unos segundo antes de mirar a Cedric y asentir. —Si-Si.
—¿Que pasó después de eso?
—Ammm... había... había una chica que entró antes que yo y... luego- luego yo... te vi a ti, con Dante arriba de una mesa, luego entré al baño y comencé a sentirme mareada, hasta ahí recuerdo.
—Alguien intentó aprovecharse de ti en el baño, Lia, pero intervine a tiempo, eso... eso creo.
Los ojos de Lia se abrieron con sorpresa y horror al escuchar las palabras de Cedric. Su mente comenzó a conectar los puntos y recordar fragmentos de lo sucedido.
—¿Que- que? ¿Que dices?— murmuró Lia, llevándose una mano a la boca. —¿Quién fue? ¿Qué pasó exactamente?
Cedric le contó todo lo que había sucedido, desde el momento en que se dio cuenta de que algo estaba mal en la fiesta hasta el enfrentamiento con el chico en el baño y cómo lo había sacado de la sala común de Hufflepuff.
—Lo siento tanto, Lia.— dijo Cedric sinceramente, tomando su mano entre las suyas. —No debí dejarte sola, debería haber estado ahí para protegerte desde el principio.
