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—¡Lia!— dijo Anya corriendo hacia ella una vez la pelirroja abrió la puerta del dormitorio

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—¡Lia!— dijo Anya corriendo hacia ella una vez la pelirroja abrió la puerta del dormitorio.

—¡Any!— dijo la pelirroja haciendo lo mismo, ambas amigas se abrazaron.

—¿Que tal tu semana?

—Amm... muy buena, bastante entretenida, me... la pasé bien.— dijo asintiendo.

Anya la miró con el ceño fruncido. —¿Que pasa?

—Cedric no me habla...— dijo mirando el suelo.

—¿Que? ¿Por qué?

—Discutimos... es que no pude decirle a mi padre... que él y yo estamos juntos y le prometí que lo haría, él me dijo que estaba bien, que lo hiciera cuando estuviera lista, pero... ayer me preguntó si lo iba a hacer y yo estaba enojada y le dije... muchas cosas que no debí, y... dije que no quería decirle a mi padre, pero... no es cierto, solo estaba enojada...

Anya suspiró y puso una mano sobre el hombro de Lia. —Lia, ¿le has dicho esto a Cedric?

Lia negó con la cabeza, con los ojos llenos de lágrimas. —No he tenido el valor... Cedric estaba tan herido por lo que dije. Quería explicarle, pero cada vez que intento hablar con él, simplemente me evita. No sé qué hacer, Any. Me siento tan mal...

Anya la abrazó con fuerza, tratando de consolarla. —Escucha, Lia. Cedric te ama y seguro que entenderá si le explicas lo que realmente pasó. Tienes que hablar con él y ser honesta. Sé que es difícil, pero es la única forma de arreglar esto.

Lia asintió débilmente, secándose las lágrimas. —Lo sé... es solo que... no sé, entiendo que él esté enojado conmigo, soy una tonta.

Anya la abrazó más fuerte y luego la sostuvo por los hombros, mirándola directamente a los ojos. —Lia, no eres una tonta. Solo cometiste un error, y todos cometemos errores. Lo importante es que te has dado cuenta y quieres arreglarlo. Tienes que ser valiente y hablar con Cedric. No puedes dejar que esto destruya algo tan hermoso entre ustedes.

Lia respiró profundamente, tratando de encontrar el valor necesario. —Lo sé... lo haré.

—Ve.— dijo Anya.

—¿Ya?— preguntó Lia.

—Ya, para mañana es tarde.

Lia asintió, tomando una profunda respiración para reunir el coraje necesario. Anya la acompañó hasta la puerta del dormitorio, dándole un apretón de manos alentador antes de dejarla ir.

Lia caminó con determinación por los pasillos del castillo, buscando a Cedric. Sabía que tenía que encontrarlo y hablar con él, aunque sentía el nudo en el estómago cada vez más apretado. Finalmente, lo vio en el jardín, sentado en un banco, mirando lejos pensativo.

Delicate (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora