SERENA :
Sonreí al ver a mís hermosos gemelos correr de un lado a otro, mientras ayudaban a Darien a poner los regalos bajo el árbol de navidad, lo qué me llevó a reflexionar sobre todo lo vivido desde aquél día del accidente de Usagi.
Desde entonces nuestras vidas cambiaron para siempre, y lo qué al principio me pareció y terrible error, algo qué no debía suceder terminó por convertirse en el mejor acto de mí vida, por supuesto cabe decir qué no todo fué miel sobre hojuelas, y eso lo hemos sabido a lo largo de nuestra historia, lamentablemente para Usagi el accidente dejo una secuela permanente, la posibilidad de dar vida y eso era lo más cruel y difícil de aceptar, afortunadamente contar con el amor incondicional de Fabricio ha sido lo mejor para ella.
No podía ser más feliz por ella y con la llegada de peruru, sus ojos adquirieron ese brillo característico de toda madre enamorada de su hijo, Peruro fué adoptado con tres años de edad, y los siguientes cuatro años ha sido la fuente de felicidad del matrimonio de Fabricio y Usagi, sín duda Peruru no pudo haber llegado aún mejor hogar y tener a los mejores padres, por qué era amado de una manera única.
-¿Vas a mirarnos o vendrás a ayudar?.
Sonreir ante la pregunta de Darien, mientras me acercaba y me sentaba en el sillón más próximo al árbol.
-Tendré qué inspeccionar qué todo quede perfectamente, no puedo ayudarte aún qué lo deseo - respondí llevando una mano a mí vientre abultado, nuestra pequeña Lía estaba de camino y nacería en dos semanas.
-Mamá tienes qué descansar papá, nosotros haremos el trabajo, somos los hombres de la casa - expresó con seriedad Endymion, mí pequeño siempre tan protector y amoroso.
-Tendrás qué trabajar el doble entonces - le dijo Darien, por alguna razón le gustaba hacerlo enojar.
-Lo haré, pero me temo qué tú - apuntó con su pequeño dedo en dirección a Darien - No podrás entrar a la habitación de mamá está noche - respondió de manera inocente, tan inocente qué provocó un ligero sonrojo en Darien y en mí.
-¿Queee? - la reacción de Darien fué digna de grabar, mientras Mamoru miraba de manera acusadora a Endymion, él sencillamente me sonrió.
-¿Quieres qué papá nos castigue? ¿O Estás buscando qué Santa no, nos traiga nuestros regalos esté año? - la voz de Mamoru estaba teñida de preocupación, ante la posibilidad de quedarse sín regalos.
-He sido un niño bueno todo esté año ¿Verdad mami? - preguntó caminando hacía mí y no pude hacer otra cosa qué asentir, por qué tenía dos hermosos hijos, bien portados y buenos.
-Estoy segura de qué Santa les traerá sus regalos, no deben afligirse por ellos - digo viendo con ojos suspicaces a Darien, sabía de sobra qué él se haría cargo de los regalos ese año.
Ambos rieron al escuchar mís palabras, continuaron su labor para terminar de acomodar los regalos para los adultos, por qué según versión de mís niños, a ellos Santa ya no les traía nada excepto bebés.
-¡Es hora del baño! - anuncié tan pronto terminaron de ayudar a Darien.
-¿Mí Rei vendrá? - preguntó Mamoru caminando hacía las gradas, sabía qué su intención era ganarle la ducha a Endymion.
-No, ella vendrá para año nuevo, Zafiro la ha llevado de vacaciones a Europa, así qué...
-Lo siento, me bañaré primero - dijo corriendo escaleras arriba dejando con la respuesta en la boca, mientras Endy fruncia el ceño molestó por el comportamiento de su hermano.
-Puedes ducharte en el baño de mí habitación, daté prisa - le indiqué y él no espero dos veces para salir en dirección a mi habitación.
-Creo qué siento celos de mí propio hijo - escuché a Darien decir en medio de un suspiro, mientras se sentaba a mí lado y depositaba un beso sobre mí mejillas.
-¿Celos? - pregunté, no tenía motivos para estarlo, aún qué sí era sincera... Quizás sí un poco, Endymion siempre estaba a mí lado, Diana decía qué era propio del embarazo, ya qué esperábamos una niña y qué sé alguna manera atraía a Endy hacía mí.
-Te ama más qué a mí, te defiende tanto e incluso te da ideas qué puedes terminar usando en mí contra - respondió haciendo un puchero, Darien en ocasiones se comportaba cómo uno de mís hijos, pero así estaba perdidamente enamorads de él.
-Tonterías, nuestros hijos no hacen distinción algunas entre nosotros Darien, te aman y te respetan de la misma manera qué lo hacen conmigo, estoy segura de qué de mayores serán su modelo a seguir - dije besando sus labios para hacerle olvidar sus infundados celos.
Luego de unos minutos subí para elegir la ropa de mís gemelos, el resto podían hacerlo solos, eran chicos independientes, inteligentes y yo era la madre más orgullosa del mundo, qué digo del mundo ¡Del universo! Era muy afortunada por tenelos en mí vida.
.....
Dos horas después todos estábamos más qué listos, el reloj marcaba las 21 horas y mí querido esposo nos pidió pasar al comedor para la cena tradicional de nochebuena, un pavo relleno preparado por Darien Shields, y es qué sí, después de mucho intentos mí marido por fin había aprendido a cocinar y no es qué yo se lo exigiera, por qué no era así, él parecía disfrutar mucho de poner en práctica sus dotes culinarios y yo de degustarlo por supuesto.
-¿Has cocinado papá de nuevo? - preguntó Mamoru acomodándose en su silla.
-¿Hay algún problema? - replicó Darien con las cejas enmarcadas, mientras qué Mamoro se encongía de hombro.
-No, supingo qué está vez no has incendiado la cocina - respondió con inocencia.
Darien no pudo hacer otra cosa sí no qué reírse, no había pasado mucho tiempo desde la última vez qué había hecho qué el pollo se quemará, y la cocina se llenará de humo alarmando a los niños.
-No, está vez puedo asegurarte qué hasta la cena me ha quedado deliciosa - dijo muy orgulloso de sí.
El pavo tenía un aroma exquisito y la ensalada de manzana con piña y uvas se veía deliciosa, él sirvió la cena y cominos en silencio, mientras saboreamos orgullosos de su sazón.
-¡Está delicioso! - exclamó Mamoru mientras se llevaba un trozo de pechuga a los labios.
-¡Te has lúcido está vez papá! - dijo Endymion satisfecho.
La cena transcurrió entre halagos para Darien, y los deseos qué cada uno tenían para cada noche, luego de cenar los gemelos se despidieron para ir a dormir y casi nos obligaron a hacer los mismo, Endymion y Mamoru se dirigieron a la cocina con prisa antes de subir a su habitación, trajeron leche y galletas para Papá Noel en agradecimiento por sus regalos.
-Vamos a dormir o esté año no, nos dejaran nada bajo el árbol - urgió Mamoru a Endymion, haciendo qué esté siguiera sus pasos, Darien suspiró antes de sentarse a mí lado, muy cerca del árbol.
-¿Qué creés qué pasará cuándo se den cuenta de qué no existe Santa? - preguntó y yo me encongía de hombros.
-Supongo qué cuándo eso pase ya no serán un par de niños, sí no dos adolescentes preocupado por conquistar chicas - bromeé.
-Ni lo digas, primero tendrán qué estudiar y graduarse con honores, hacerse cargo de los negocios y luego ya puedes ir pensando en chicas y matrimonio, antes de eso no.
Lo miré sorprendida por sus palabras, realmente no me esperaba esa respuesta de su parte, aún qué sí lo pensaba tenía lógica cuándo nos casamos la primera vez, él ya era CEO de sus propio imperio hotelero, tenía su vida prácticamente resuelto por lo qué no debía sorprenderme qué deseará lo mismo para nuestros hijos.
-Aún falta mucho para eso, mientras los años pasen déjalos ser - respondí acurrucando entre sus brazos, sintiéndome segura, protegida y amada.
-Será así ¿Me ayudas con la leche y las galletas? - preguntó señalando los dos vasos de leche y las galletas sobre la chimenea, sonríe mientras asentía.
-Recuérdamelo por qué no debemos tener gemelos nuevamente - respondí, mientras él se ponía de pie para ir por la leche y las galletas, para luego dejar los regalos de los gemelas bajo el árbol de navidad.
Sín duda alguna han sido los mejores seis años de mí vida, los qué no cambiaría por nada de esté momento, aún qué volviera a sufrir igual, por está felicidad estaría dispuesta a volver a ser "La Otra"...
Ahora sí llegamos al final de la historia, gracias por sus votos y comentario...
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LA OTRA
RandomSerena Moon era feliz con la vida qué llevaba alejada de la sociedad y de sus padres, vivia la vida a su manera, su pequeño departamento lejos de la mansión de sus padres nadie nunca podría imaginar su verdadero linaje. Darien Shields lo tenía todo...