Darien observó a Sabio con evidencia enfado al escuchar sus palabras, sintió cómo sí estuviera burlándose de él, pero ya había tenido suficiente.
-¿Qué más debo saber según tú? - negó - No importa, no quiero escucharte, no estoy interesado en nada qué tenga qué ver contigo Sabio, marcharte de mí oficina o me veré obligado a pedir qué te echen - dijo con frieldad.
-No puedes hacerme esto, eres mí yerno ¡Haré qué la prensa hablé de tí - gritó con desesperación.
-Haz lo qué quieras, dudo mucho qué alguien esté interesado en escucharte Sabio, sín dinero no tienes poder - dijo sín más
Sabio salió de la oficina despotricando pero Darien ya no le prestó más atención, sumergiéndose en su trabajo esperando llegar temprano a casa y disfrutar de su esposa Usagi, la mujer de su vida.
.....
Mientras tanto Serena sé dirigió a la clínica con una sonrisa en los labios, tenía sentimientos encontrados, por una parte había logrado liberar a su hermana de sus padres, y por otro lado tendría finalmente qué contarle la verdad a Darien, eso sí Rei no lo había hecho ya, abrió la puerta para ver a Fabricio sentado al lado de Usagi velando su sueño.
-Hola - Saludó - ¿Cómo sigue? ¿Alguna mejoría? - preguntó acercándose a ellos.
-Hoy por la mañana abrió los ojos pero volvió a cerrarlos, el doctor ha dicho qué no debemos esperar mucho pero el corazón me dice qué pronto estará de nuevo con nosotros.
-El cielo te escuche Fabricio.
-Así será, ya lo veras, ahora... Aprovechando qué estás con ella me iré a casa a darme una ducha y regreso - dijo besando los labios de Usagi.
-Ven con cuidado, no me iré de su lado hasta qué tú llegues - respondió con una ligera sonrisa.
Deseaba compartir su felicidad con él, pero primero hablaría con su hermana, quizás era tonta pero sentía qué era con ella con quién debía compartir la noticia primero, se despidió de Fabricio.
.....
Minutos más tarde y ocupó la silla vacía, sostuvo la mano de Usagi entre sus manos.
-¡Hemos ganado la demanda! ¿No es una noticia maravillosa? - preguntó.
Serena esperaba qué su hermana pudiera responderle pero la respiración de Usagi, era lo único qué podía escucharse en la habitación.
-¿Puedes escucharme? ¡Dios! Quisiera saber sí tan sólo puedes entender mís palabras - exclamó afligida - Heliot ha logrado liberarte de nuestros padres, cuándo despiertes no tendrás qué volver a su lado y podrás ser feliz con Fabricio, sí es él el hombre qué en verdad amas, tienes suerte por qué se ve a simple vista cuánto te ama, tanto cómo lo hace Darien.
Serena suspiró y las lágrimas rodaron por sus mejillas al pensar en él, y en el amor qué sentía por Usagi, él cómo Fabricio también estaba perdidamente enamorado de ella y el dolor qué le causaría saber la verdad, le causó tanto dolor qué por un momento creyó qué se ahogaría.
-Darien también te ama, y saber nuestra verdad le va a destrozar el corazón y no quiero verlo sufrir, lo amo tanto Usagi me enamoré de él, tanto qué me duele pensar qué no tendré la oportunidad de decírselo en mí nombre, me duele tanto qué siento qué mí corazón va a rasgarse y romperse en mil pedazo, y qué después de esto no seré capaz de volver a amar otra vez.
Guardó silencio por otro largo momento, tratando de encontrar las palabras, las lágrimas habían mojado ya todo su bello rostro y sus ojos estaban rojos, pero sabía qué aún le faltaban muchas lágrimas más por derramar.
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LA OTRA
RandomSerena Moon era feliz con la vida qué llevaba alejada de la sociedad y de sus padres, vivia la vida a su manera, su pequeño departamento lejos de la mansión de sus padres nadie nunca podría imaginar su verdadero linaje. Darien Shields lo tenía todo...