CIUDAD DE GUATEMALA
Cansada de escuchar las recriminación de sus padres, decidió dar una vuelta para despejar su mente, no había nada qué pensar, ella no era una malvada para abusar de los sentimientos de Darien, quizás después de hablar con él sus padres la odiarían para siempre, pero lo prefería antes de hacerle daño, no lo conocía pero sé sentía en la obligación moral de informarle sobre los acontecimientos reciente.
-Perdone, tengo qué salir un momento ¿Sería usted tan amable de llamarme en caso de algún cambió de salud o emergencia de mí hermana? - pidió con amabilidad a la mujer de blanco.
-No sé preocupe señorita Moon, le llamaré antes cualquier cambió qué su hermana presente, vaya sín cuidado - respondió con una amable sonrisa en los labios.
-Muchas gracias - Serena caminó lejos de la clínica, no podía apartar las palabras de sus padres de su cabeza, ella no era egoísta y tampoco mala hija, ella simplemente había deseado otra clase de vida para sí misma.
Espero en la parada de taxi asignado a la clínica hasta abordar uno qué la llevó a casa, o más bien a casa de sus padres, una hora más tarde Serena caminó hacía la qué había sido su casa por 18 años antes de marcharse al suroccidente del país, alejada de los lujos y la riquezas qué creía sus padres ostentaban, pero la realidad era muy distinta y venía a saberlo hasta ese día.
-Señorita Usagi - saludó la chica del servicio, de quién no sabía el nombre.
-Hola, buenas tardes, yo no soy....
-Ve a tu habitación Usagi, déjame resolver esté asunto - la fría voz de su padre interrumpió su aclaratoria.
-Papá.
-He dicho qué vayas a tu habitación Usagi, por favor - insistió su padre con semblante serio y un rictus en los labios.
Serena lo miró con profunda decepción, hasta los 18 años su padre había sido su héroe, pero luego de revelar su interés por ser veterinaria las cosas habían cambiado radicalmente entre ellos, primero había sido la negativa de su padre a aceptar la carrera qué ella había elegido, e incluso había intentado hacerla desistir.
Dejando en claro lo poco qué le interesaban sus deseos y aspiraciones, él simplemente quería controlar su vida y fué así qué salió huyendo y terminó la carrera por su cuenta, caminó hacía la qué un día había sido habitación, pero de nuevo la voz de su padre interrumpió sus intenciones.
-Vamos hablar Serena, más bien quiero hablar contigo y no acepto réplicas - dijo con severidad.
-No hay nada más qué hablar papá, está claro lo qué quieres y esperas de mí, pero hace tiempo te dejé en claro qué no soy Usagi, no voy a someterme a tu voluntad, y mucho menos a jugar con el destino de está manera - respondió sín moverse de su sitio, el corazón le martillada dentro de su pecho, púes temía lo qué su padre fuera capaz de hacer.
-Tu honestidad y buena intenciones no te llevarán a ningún lado, sólo te estoy pidiendo qué te cases con Darien mientras Usagi se recupera ¡No te estoy pidiendo nada más! ¿Es tan difícil para tí ayudarnos, una sola vez? ¡Una maldita vez Serena! - gritó rojo de enojo, el cuerpo de Serena tembló, casi había olvidado los arranque de furia qué su padre solía tener, cuándo las cosas no salían a su manera.
-Me daré un baño y le llevaré ropa a mí madre al hospital, en cuánto a tí deberías darte un baño y descansar, en cuánto a tu petición tendrás qué perdonarme papá, por qué no cambiaré de opinión - dijo con seguridad.
-¡Serena! - gritó su padre pero ella hizo caso omiso, sé marchó a su habitación dejándolo con la palabra en la boca, ya encontraría una manera de pagar el tratamiento de su hermana, así tuviese qué trabajar en lo qué fuera.
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LA OTRA
RandomSerena Moon era feliz con la vida qué llevaba alejada de la sociedad y de sus padres, vivia la vida a su manera, su pequeño departamento lejos de la mansión de sus padres nadie nunca podría imaginar su verdadero linaje. Darien Shields lo tenía todo...