-¿Te vas? - preguntó Rei parada en la puerta, su mano se aferraba al picaporte.
-Sí, es lo mejor, debo pensar en mís hijos Rei, ya han corrido un gran peligro por todo lo qué está ocurriendo y quiero ser por una vez en mí vida, y pensar en mí y en ellos, no quiero saber más de Darien ni de nada qué suceda, de ahora en adelante seré únicamente yo y mís pequeños.
Rei tragó el nudo formado en su garganta, Serena tenía razones de peso para despreciar a su hermano, pero... ¿Y ella? ¿Dónde quedaba ella? Esos pequeños son sus sobrinos.
-¿Podré conocerlos? - preguntó con tristeza.
-Serás bienvenida a mí casa las veces qué tú quieras venir Rei, sólo te advierto qué en mí casa se cocina, lava, plancha, no tengo empleada y trabajo en un refugio de mascotas - dijo tratando de sonreír, aún qué eso era algo qué difícilmente podría hacer de momento
Al menos sí lo hacía no lo haría con sinceridad por qué su corazón estaba destrozado, Rei quería pedirle qué se quedará pero haría sido egoísta de su parte, Serena ya había sufrió mucho con las acciones de Darien, lo mejor era qué se marchará e intentar sanar sus heridas y cuidar su embarazo.
-Puedes estar segura de qué estaré contigo, lamento haber sido el causante de qué todo esto terminará de está manera, yo... No debí tomar esas fotos.
-No hay mentira qué duré cien años, ni mentiroso qué lo aguante, Rei estoy muy consciente de qué debí hablar con la verdad, pero ahora es inútil llorar sobre la leche derramanda, las cosas han salido a la luz y aún qué todo apunte en mí contra, todo lo qué hice lo hice por amor.
-Sí estás decidida, te llevaré en cuánto tengamos la autorización del doctor para dejar el hospital - dijo Fabricio quién había permanecido en silencio.
-Gracias, y nuevamente perdóname por qué la decisión qué tomé te aleja de ella.
-Has hecho demasiado por ella Serena, y yo la puedo amar con toda mí alma pero no tengo voz ni voto en su vida, solamente era un amor secreto nada más - dijo con pesar.
-¡Dios! Voy a llorar - Rei se sorbio la nariz, quería romper en llanto por la culpa qué la consumía, y por qué se daba cuenta de qué Serena era demasiada bueno para ser real pero era, era un maravilloso ser humano, sus pequeños sobrinos no podrían tener una mejor mamá.
.....
Mientras tanto, para Darien la siguiente semana fué confusa, no podía apartar sus pensamientos de Serena Moon, incluso en sueño su mirada herido lo perseguía y la odiaba por eso, por hacerle sentir un hombre miserable y ruin, el golpe no había sido adrede pero tampoco se había molestado en asegurarse de qué estuviera bien.
Darien observó a Usagi tendida en la cama sín mover un sólo músculo, el doctor le había mencionado qué empezaba a reaccionar pero desde qué él se traslado prácticamente a vivir a la clínica, ella no había mostrado ninguna mejoría parecía ir en retroceso, lo cuál lo llenaba de frustración, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a la enfermera.
-Lo lamento molestarlo señor, pero necesito cambiar a la paciente, por favor - la enfermera amablemente le mostró la puerta.
Darien caminó fuera de la habitación dejando a la enfermera a cargo de Usagi, ese día finalmente el doctor a cargo le había dado la autorización para llevarla a casa, el día anterior había recibido los papeles firmados por Serena, y en vez de sentir tranquilidad sentía un desasosiego qué no comprendía, no había razones para pensar en esa traidora mujer.
.....
Entre tanto Rei ayudaba a Serena a vestirse y Fabricio se había hecho cargo de pagar los gastos médicos de la clínica, en el fondo Rei sentía miedo de qué esa amistad se convertirá en algo más y Serena terminará alejando a los bebés de ella, quizás era un miedo sín razón pero, sí Fabricio llegaba a olvidarse de Usagi y ganaba el corazón de Serena, no había nada qué hacer contra ellos.
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LA OTRA
De TodoSerena Moon era feliz con la vida qué llevaba alejada de la sociedad y de sus padres, vivia la vida a su manera, su pequeño departamento lejos de la mansión de sus padres nadie nunca podría imaginar su verdadero linaje. Darien Shields lo tenía todo...